En medio de la guerra entre Rusia y Ucrania y el aumento de los precios de las materias primas, los valores del trigo alcanzaron máximos históricos (esta semana la tonelada superó los $us 460), panaderías e industrias que operan en la ‘ciudad de los anillos’ no descartan incrementar los valores de sus productos debido a la escalada del precio de la harina de trigo, cuyo valor remontó de Bs 165 a 220 el quintal en la última semana.
Desde la mirada del presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Ibo Blazicevic, es previsible un incremento en los costos de producción de las industrias que tienen como materia prima el trigo y la harina, en virtud de que en las últimas dos semanas el precio del trigo en el mercado mundial subió cerca del 50%, producto de la invasión de Rusia a Ucrania.
Expuso que el 70% de la harina que procesan las molineras nacionales es importada de Argentina que está subiendo los precios del trigo y de la harina. En consecuencia, se generará una presión gradual y creciente para el alza de precios de los productos alimenticios en base a harina -fideos y pan- en el mercado boliviano.
En el país, según Blazicevic, Emapa tiene almacenadas unas 100.000 toneladas de trigo y la demanda interna anual supera las 700.000 toneladas. Cree que si los mercados de trigo no se regularizan (si la guerra no cesa), Bolivia tendrá problemas para la provisión de trigo y los productos alimenticios en base a esta materia prima en el mercado nacional.
Blazicevic cree que en el corto plazo el incremento de precios del trigo afectará a las finanzas tanto del Estado como de las empresas; sin embargo, en el mediano y largo plazo, el Estado a través de sus instituciones como Emapa y el Ministerio de Desarrollo Productivo tienen que impulsar y aprobar políticas públicas para la inversión y producción de trigo en el mercado interno. “La política de sustitución de importaciones tiene que priorizar la producción local de materias primas y productos con valor agregado a través de incentivos fiscales, infraestructura para la producción, entre otras medidas, para promover la inversión privada en este sector”, reflexionó.
Impacto en los costos
Desde la panadería Crapuzzi, el propietario Julio César Crapuzzi, expresó que registran un impacto negativo, dada la escalada brusca del precio de la harina de trigo del 33 al 40%, con una tendencia a subir, sin contar la escasez existente. “Esto inminentemente incidirá de forma negativa en los costos, que en algún momento presionará a subir el precio final”, anotó.
No obstante, dijo que por el momento los valores se mantienen, aclarando que no saben hasta cuándo podrán sostener esta medida que, afirmó, deja un margen muy corto. “Urgen medidas y compromiso de las autoridades ya que en el oriente boliviano no contamos con subsidio de harina y nos vemos obligados a importarla más cara”, puntualizó Crapuzzi.
Jorge Zogbi, gerente general de la panadería Kawka, expuso que Rusia y Ucrania al concentrar el 25% de la producción mundial de trigo, tras el inicio de la guerra han empujado a una subida de precios del cereal, pues como se sabe -dijo- no están operando los puertos por donde habitualmente se distribuía al mundo sus cargamentos.
“Este incremento de precio hoy afecta en las bolsas donde se cotiza y nuestro país en un corto plazo podrá sentir los efectos, vale decir, cuando se agoten los stocks de reserva”, mencionó Zogbi.
Infirió que, al subir la harina elaborada con trigo, principal insumo en la panadería, se verá afectada la estructura de costos con el consiguiente efecto en un incremento del precio final del pan o en su defecto un achicamiento del margen de utilidad del productor. “Dependerá de que el mercado soporte subidas de precios o que la autoridad fije techos máximos”, exteriorizó.
De manera general, para el gerente general de panadería Victoria, Giovanni Zárate, el impacto es directo y depende no solamente del precio de la harina de trigo, sino también de la oferta en el mercado. “Si bien ha habido una subida de precios de la harina, habrá que estar atentos a la tendencia y al tiempo que dure”, precisó, al llamar a las instancias correspondientes a analizar los mecanismos que permitan fomentar y asegurar la provisión en el mercado interno.
Desde la panadería Mr. Bread indicaron que al ser la harina la materia prima principal en panadería el impacto es directo en los costos de producción. “La harina representa el 70% del costo de materia prima en el pan”, apuntó.
Hacen notar que es muy probable que los precios suban, dejando entrever que se intentará aguantar un tiempo debido a que a raíz de la pandemia el mercado informal de productos panificados creció de manera drástica. Pero “el panorama todavía no es claro en cuanto a qué tan alta será la subida de precio de la harina y la escasez”, puntualizaron desde Mr. Bread, al sugerir fomentar la siembra de trigo en el territorio nacional.
En criterio del gerente general de supermercados Tía, Sergio Weise, la harina de trigo es un insumo fundamental en la fabricación de muchos alimentos, especialmente en la panadería y la pastelería. “En el costo de fabricación del pan corriente (francesito) la harina de trigo representa más del 80%. Es, por lo que advierte, el insumo más importante y significativo”, sostuvo.
Expuso que el precio de la harina presenta fluctuaciones a lo largo del año que no son significativas y que generalmente productores y comercializadores de pan las asumen con el fin de no incrementar el precio al consumidor final.
Para Weise, la harina de trigo forma parte de una canasta de alimentos que no puede faltar a la población y que debe tener costos accesibles, pensando -ante todo- en la economía popular. En este sentido, considera que una de las medidas claves es impulsar y proteger la producción nacional para garantizar el abastecimiento alimentario nacional. “Es un tema de seguridad alimentaria”.
Seguridad de trigo
Desde harinas y fideos Famosa, el gerente de Operaciones y Finanzas, José Enrique Vicente, expresó que el panorama es complicado y preocupante, aunque aclaró que cuenta con stock para cubrir la demanda, sin problemas, hasta la cosecha nacional de trigo de invierno prevista para agosto de este año.
Si bien -aludió- el efecto de la subida de precio del trigo en grano y de la harina en el contexto global será inmediato en el mercado nacional, “habrá que esperar el comportamiento y volatilidad del precio en los mercados de granos”, apuntó Vicente, al reiterar que Famosa tomó previsiones el año pasado y dispone de trigo comprado a productores nacionales.
Vicente estima que la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) cuenta 130.000 toneladas y las molineras del país otras 100.000 toneladas, lo que lo lleva a deducir que Bolivia en la actualidad tiene 230.000 toneladas, volumen que garantiza la seguridad alimentaria hasta la cosecha de invierno de este año.
Hizo notar que desde hace una semana la industria incrementó el valor de la bolsa de 50 kilos de Bs 190 a Bs 220, justificando que en los últimos años venían trabajando con precios por debajo del costo para competir con la producción extranjera que ingresa al país por contrabando.
En el ámbito estatal, esta semana, el gerente general de Emapa, Franklin Flores, dijo que tienen acopiadas 130.000 toneladas de trigo que garantizan la producción de 1,6 millones de quintales de harina, que serán distribuidos en el marco del convenio firmado con el sector panificador en enero.
Flores describió que la bolsa de harina de 50 kilos se comercializa en Cochabamba, El Alto y La Paz, a Bs 147,50; en Oruro, a Bs 143; en Potosí, a Bs 158,50; en Chuquisaca, a Bs 137,50.
El viceministro de Defensa de los Derechos del Usuario y Consumidor, Jorge Silva, afirmó que en coordinación con la Policía Boliviana y otras instituciones del Estado se realizarán operativos para evitar agio y especulación en los mercados del país.
“Aquellos proveedores que están incurriendo en estos delitos serán procesados por legitimación de ganancias ilícitas, cuya sanción penal es hasta de 10 años de prisión”, anotó la autoridad.
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) prevé cerrar este año con más ingresos por la exportación de gas ($us 2.960 millones) que egresos por las importaciones de gasolina y diésel.
“Estimamos cerrar este año con un superávit, con más ingresos por exportación de gas que egresos debidos a la importación de líquido”, afirmó hoy el vicepresidente de Administración, Contratos y Fiscalización de la estatal petrolera, Enzo Michel.
“El incremento en el precio del petróleo y las gestiones en los nuevos contratos de exportación se está traduciendo en una balanza comercial positiva”, agregó el ejecutivo en una nota de prensa.
“El año pasado se alcanzó $us 2.400 millones de ingresos por comercialización de gas natural con un precio más bajo”, mientras que “en la actualidad, con el incremento del precio y con una producción de alrededor de 42,00 millones de metros cúbicos día, vamos a cerrar el 2022 con más de USD 2.960 millones de ingresos por este concepto”, detalló Michel.
A fines de enero, Información del Instituto Nacional de Estadística (INE) procesada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) reveló que en 2021 Bolivia importó $us 1.500 millones en diésel (70,7%) y 620 millones en gasolina (29,2%), montos que representan el 22,1% del total de las internaciones del país.
“Nunca en la historia habíamos importado tanto diésel y gasolina”, expresó sobre la cifra el gerente general del IBCE, Gary Rodríguez.
Debido a que esos $us 2.120 casi igualan a los $us 2.233 millones que recibió el país por la venta externa de gas natural en esa gestión, analistas proyectaron que, con el incremento en los precios de las importaciones de combustibles y la reducción progresiva de la producción nacional gasífera, los egresos por la compra de diésel y gasolina superarían este año a los ingresos por la exportación del energético.
“A través de la reactivación del upstream estamos firmando nuevos contratos, estamos realizando actividad por cuenta propia para poder incrementar las labores hidrocarburíferas, (para) contar con más inversiones para tener producción y mayores reservas”, afirmó el Vicepresidente de Administración, Contratos y Fiscalización de YPFB, empresa que hoy produce 42,93 MMm3/d
En paralelo, la estatal petrolera impulsa el proyecto biodiesel para sustituir la importación de líquidos a fin de producir líquidos verdes, biodiesel biocombustibles que permitan bajar las internaciones.
El Plan de Exploración de YPFB establece una inversión de $us 1.400 millones, contempla 21 proyectos exploratorios orientados a descubrir 5 Trillones de Pies Cúbicos (TCF) de gas. Tiene por objetivo incrementar las reservas de gas natural y reponer la producción declinante de los megacampos gasíferos.
La invasión rusa a Ucrania dispara los precios de la úrea hasta más de 900 dólares la tonelada (tn) y expertos piden a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) aprovechar y aumentar la producción y capacidad de la Planta en Bulo Bulo a un 100%.
Según datos del Instituto Nacional de Estadistica (INE), la cotización internacional de este fertilizante en marzo del año pasado estaba en 352,8 dólares la tonelada y en diciembre en 890 dólares. Tras estallar el conflicto bélico en Ucrania el precio escaló a más de 900 dólares y puede subir aún más.
Alvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos, señaló que este fertilizante venía repuntando en su precio luego de la pandemia hasta 800 dólares y luego descendió a 450 dólares. Rusia y Ucrania son productores de úrea y con el conflicto la oferta está limitada y la demanda sigue alta porque el mundo necesita producir alimentos.
Añadió que la tonelada ya se cotiza a cerca de 1.000 dólares.
“YPFB debería hacer funcionar la Planta de Úrea y Amoníaco en un 100%. Nadie en su sano juicio puede producir al 60 o 65% de capacidad cuando la demanda es tan grande y hay precios altos”, subrayó el analista.
Según Ríos el problema está en la logística, almacenamiento y gestión de YPFB para que el fertilizante salga de la planta en forma oportuna. Los camioneros no tienen suficientes camiones y la factoría está alejada.
“No producir 100% es un crimen y YPFB debe ser ágil en la parte logística y comercial. Además, hay superfuncionarios con sueldos altos que están ahí para que la planta funcione al 100%”, remarcó Ríos.
El analista Hugo del Granado opinó que la planta trabaja por encima de 60% de su capacidad y produce 1.400 toneladas por día. “Con precios de 900 dólares y en en ascenso es algo que beneficia porque es el doble de precio que se pensaba vender, pero se debe subir la producción a 2.000 o 2.100 toneladas día que es la capacidad instalada de la planta para aprovechar al máximo la subida de precios”, puntualizó el experto.
En el mercado internacional también sube de precio del amoníaco, pero en la factoría no se cuenta con excedentes y esto se emplea para la producción de la úrea.”El amoníaco es materia prima para producir la úrea, no se tiene un sobrante para comercializar de manera independiente y comercializar”, aclaró Del Granado.
Para el experto, YPFB invirtió millones de dólares, se compraron repuestos y se hicieron varias reparaciones en la planta para que vuelva a operar luego de un año y medio parada y por lo tanto debería funcionar ahora al 100%.
Susana Anaya, analista del sector, señaló que los precios están cercanos a los 1.000 dólares la tonelada, pero es algo circunstancial por la guerra.
“La Planta de Úrea por lo que se conoce funciona a 60% a 66% de su capacidad. Si podría trabajar al 100% de capacidad, Bolivia puede aprovechar los buenos precios y recuperar la inversión y cubrir los costos operativos que son bastante elevados. La planta estuvo operando a pérdida antes”, remarcó.
Añadió que el precio del fertilizante llegó a niveles nunca observados porque los principales productores de úrea, Rusia y Ucrania, al estar en guerra, no están ofertando su producción al mercado y hay demanda.
En este escenario, Brasil, Argentina, Perú y Paraguay son mercados potenciales para que Bolivia pueda aprovechar.
En enero el vicepresidente nacional de Operaciones de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) Omar Alarcón informó que la planta produce al día un promedio de 1.400 toneladas de úrea y que la proyección para este 2022 era procesar 600 mil toneladas del fertilizante y lograr, con ello, un ingreso de más de 400 millones de dólares para las arcas del Estado.
Con un decreto supremo, el Gobierno dispuso la emisión de certificados de abastecimiento para regular la exportación de maíz, sorgo y azúcar, y así garantizar la producción y el abastecimiento a precio justo en el mercado interno.
“El Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, con base en informes técnicos de verificación de abastecimiento interno a precio justo presentados por el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, según corresponda, emitirá el certificado de abastecimiento interno y precio justo a las personas naturales y jurídicas, públicas, privadas, nacionales o extranjeras, que así lo soliciten”, señala el artículo 2 del Decreto Supremo 4680, aprobado el 9 de marzo.
En la parte de considerando señala que la medida —que regula el abastecimiento de productos estratégicos en el mercado interno como el maíz, sorgo y azúcar— tiene el objetivo de coadyuvar en la oferta de alimentos y cubrir de forma adecuada las necesidades básicas de la población.
También puede leer: Gobierno ahora establece certificados de abastecimiento para permitir la exportación de carne
El documento agrega que la Aduana Nacional es la institución que exigirá la presentación del certificado emitido por el Ministerio de Desarrollo Productivo.
Los antecedentes dan cuenta de que en junio de 2011, la Ley 144 de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria declaró al sector agropecuario como sector estratégico para la producción de alimentos.
“A fin de garantizar su producción y abastecimiento a precio justo, el Estado tomará las medidas necesarias para garantizar la oferta oportuna y adecuada de alimentos estratégicos suficientes, que permitan satisfacer las necesidades de alimentación del pueblo boliviano”, señala parte de la citada.
Shanghái (China), 7 mar (EFE).- El valor de los intercambios comerciales entre China y el resto del mundo aumentó un 13,3 % interanual en los primeros dos meses del año, según datos oficiales publicados hoy por la Administración General de Aduanas del país asiático.
En enero y febrero, el comercio exterior de China alcanzó un valor de 6,2 billones de yuanes (981.263 millones de dólares, 903.749 millones de euros).
Concretamente, las exportaciones avanzaron un 13,6 % con respecto al mismo período de 2021 hasta los 3,47 billones de yuanes (549.088 millones de dólares, 505.142 millones de euros).
Por su parte, las importaciones hicieron lo propio en un 12,9 % y alcanzaron los 2,73 billones de yuanes (432.236 millones de dólares, 397.642 millones de euros).
Así pues, el superávit comercial chino se situó en el primer bimestre en 738.800 millones de yuanes (116.853 millones de dólares, 107.502 millones de euros), lo que supone un avance de un 9,31 % en comparación con el dato del año anterior.
En el global de 2021, el comercio entre China y el resto del mundo había aumentado un 21,4 % merced a un importante repunte de las exportaciones en el marco de la recuperación económica global tras el impacto de la pandemia de la covid-19.
Llevaremos la carrera de Comercio Internacional al más alto nivel