En enero, Bolivia registra superávit comercial de $us 187 millones

El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) informó, en base a datos procesados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que en el primer mes de 2022 el país reportó un saldo comercial favorable de $us 187 millones.

La entidad privada aseguró, en su Boletín Cifras, que los números reportados representan un incremento de 39% con relación al mismo mes de la gestión pasada.

Durante el primer mes, según el reporte del INE, las exportaciones llegaron a $us 884 millones, lo que representa un crecimiento de 19%, con relación a lo registrado durante el mismo periodo de 2021, cuando las ventas externas reportaron $us 744 millones.

Por otro lado, las importaciones también incrementaron su valor. Durante el mes de enero las compras externas llegaron a $us 697 millones, un 14 % más con relación a los reportado en el mismo periodo del año pasado, destaca el IBCE en su reporte.

Los principales destinos para las exportaciones durante el mes de enero del 2022 fueron: Brasil, India y Argentina, mientras que los principales proveedores de Bolivia fueron: China, Brasil y Estados Unidos.

El mayor superávit comercial se registró con India por un valor de $us 135 millones, por su parte el mayor déficit comercial lo obtuvo con China ($us -130 millones).

Conflicto de Rusia y Ucrania reemplaza al covid-19 como el mayor riesgo para la cadena global de suministro

El covid-19 presionó las cadenas de suministro globales a su límite, generando escasez y disparando los precios. Ahora, justo cuando la pandemia mejora un poco, la invasión rusa de Ucrania amenaza con golpear aún más esas frágiles cadenas de suministro.

Rusia es un gran productor de materias primas: desde petróleo y gas natural hasta paladio y trigo. Por su parte, Ucrania también es un importante exportador de trigo y neón. De manera que la crisis pone en duda la disponibilidad de una parte considerable de esos suministros vitales.

“El mayor riesgo que enfrentan las cadenas de suministro globales ha pasado de la pandemia al conflicto militar entre Rusia y Ucrania, y a las incertidumbres geopolíticas y económicas que ha creado”, escribió Tim Uy, economista de Moody’s Analytics, en un informe este jueves.

Crisis exacerbará crisis en cadena de suministro

En esa línea, Moody’s advirtió que la crisis entre Rusia y Ucrania “solo exacerbará la situación de las empresas en muchas industrias”. Especialmente, aquellas que dependen de los recursos energéticos, indicó.

Europa, en específico, sentirá el mayor golpe por el aumento del precio de la energía, ya que depende de Rusia para el gas natural. Además, los precios del petróleo se han disparado en todo el mundo, lo que ha elevado los costos de la gasolina y las perspectivas de gastos para las aerolíneas y otros sectores, como el del plástico, que dependen del petróleo.

El conflicto entre Rusia y Ucrania también podría aumentar la presión sobre la escasez mundial de chips de computadoras. Situación que comenzó durante el covid-19 e impulsó el aumento de los precios de automóviles nuevos y usados.

Moody’s señaló que Rusia suministra el 40% del paladio del mundo, un recurso clave que se utiliza en la producción de semiconductores. Además, la compañía dijo que Ucrania produce el 70% del neón del mundo, un gas que se usa para fabricar chips de computadora.

“Podemos esperar que la escasez mundial de chips empeore si persiste el conflicto militar”, escribió Uy.

Rusia enfrenta colapso financiero por las sanciones tras ataques a Ucrania 1:09
Los precios del neón se dispararon durante el conflicto de 2014-2015 en Crimea. Aunque los fabricantes de chips han acumulado recursos, Uy advirtió que los inventarios pueden mantenerse solo un tiempo.

“Si no se negocia un acuerdo en los próximos meses, puedes esperar que la escasez de chips empeore”, dijo Uy. Y agregó que esto representará riesgos significativos para los fabricantes de automóviles, las empresas de electrónica, fabricantes de teléfonos y otros sectores.

Incertidumbre sobre lo que viene

La combinación de altos precios de la energía y mayor presión sobre el suministro de chips de computadora complicará el panorama de la inflación. Los precios al consumidor se dispararon en enero al ritmo más rápido en casi 40 años. Aunque muchos economistas anticiparon que la inflación se enfriaría significativamente más adelante este año, esa perspectiva ahora está en duda.

“Los efectos a corto plazo en la economía estadounidense de la invasión a Ucrania, la guerra en curso, las sanciones y los eventos por ocurrir siguen siendo muy inciertos”, dijo el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, al Congreso este miércoles.

Más allá de los chips de computadora, Moody’s señaló que la crisis entre Rusia y Ucrania tiene el potencial de aumentar los costos del transporte. Justamente, la industria que consume más energía.

“Si bien el mundo se sentirá aliviado de haber superado aparentemente la variante ómicron [del nuevo coronavirus]”, escribió Uy, “ha surgido un nuevo desafío donde el final del juego no está claro”.

El barril de petróleo se dispara a $us 110,6 pero Bolivia puede llegar a perder

El precio del petróleo alcanzó su pico más alto desde 2011 al cerrar en 110,6 dólares, pero Bolivia lejos de beneficiarse saldrá perdiendo y con un déficit por un mayor gasto en la importación y subvención de gasolina y diésel que por mejores ingresos por la venta de gas natural, anticipan expertos.

El exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos explicó que la cotización de crudo antes de la guerra en Ucrania estaba en 75 dólares, pero ahora si se mantiene encima de los 100 dólares el valor del gas natural que se exporta a Brasil y Argentina puede llegar a los 10 dólares el millón de BTU (unidad térmica británica). Incluso a Cuibá en Brasil puede ser mayor.

Sin embargo, dijo que las importaciones de diésel y gasolina tienen un mayor costo si se aplica de inmediato. “Si el precio del petróleo está en 110 dólares se debe añadir 15 dólares de margen de refinación y 40 dólares por el costo de flete y logística para traer hasta las plantas de almacenaje. Estamos hablando por barril de diésel y gasolina, de 150 a 160 dólares. Ese es el precio que debe pagar Bolivia para importar un 70% de diésel y 40% de gasolina”, apuntó Ríos.

De acuerdo con el experto, si esto se mantiene este año se espera una balanza energética negativa. Es decir que Bolivia gastará más en importar combustibles que mejores ingresos por venta de gas.

Esto es por la fuerte caída de producción de gas y líquidos que obliga a Bolivia a importar carburantes. “La producción ha bajado de 61 MMmcd a 43 MMmcd. Solo tenemos capacidad exportadora de 28 a 29 MMmcd, cuando en el pasado esto llegaba a 47 a 48 MMmcd”, puntualizó Ríos.

El analista Hugo del Granado aclaró que en el caso del contrato de venta de gas a Argentina los precios no están directamente indexados al petróleo, sino que a partir de la quinta y sexbta adenda se encuentran vinculados al mercado spot de Henry Hub, más un valor de 2,25 dólares por millón de BTU.

“La referencia del Henry Hub nos castiga a partir de la quinta y sexta adenda del contrato de gas con Argentina, ya no podemos comparar con la evolución del precio del petróleo para los volúmenes que enviamos a Argentina. La referencia es más para Brasil”, aclaró el experto.

En su criterio, para Bolivia no representa ninguna ventaja que el precio del petróleo aumente en las condiciones actuales, donde se tiene una baja producción de gas. “Para Bolivia no es una ventaja que suba el petróleo por la cantidad de carburantes que importamos, los precios internacionales anulan la posibilidad de mejores ingresos por el gas de exportación”, apuntó.

Los precios de gas que regían el último trimestre 2021 de Argentina no subirán mucho.

“Lo que sí puede subir es el precio de venta a Brasil que sigue indexado a fuel oil y puede superar los 10 dólares el millón de BTU, pero dudo que pueda llegar a los picos de 2014 o 2016, cuando la cotización del petróleo estaba entre 130 a 140 dólares el barril, hoy está en 110 a 112 dólares y la tendencia es a que baje porque los países con reservas están sacando eso a la venta para compensar si hay boicot de rusos”, subrayó Del Granado.

La analista del sector Susana Anaya indicó que por el alza del precio del petróleo, mejora el valor del gas de exportación, sobre todo a Brasil.

De esa manera habrá más ingresos, pero los costos de importación de carburantes suben de forma proporcional y se prevé que el balance energético sea negativo. “Mientras los volúmenes de gas bajan, pese a que el precio aumenta, los volúmenes de importación de carburantes suben por una mayor demanda de gasolina y diésel y esto va provocar que la balanza energética sea negativa”, remarcó. El último trimestre 2021 Brasil debía pagar por el gas entre 5,4 y 6,1 dólares por millón de BTU y Argentina entre 5,9 y 7 dólares, según datos oficiales.

Advierten que la subvención superará $us 1.000 millones

El Colegio de Economistas de Santa Cruz anticipa que la subvención a los carburantes este año superará los 1.000 millones de dólares con el alza del precio del petróleo.

Señala que la cotización del crudo superó los 110 dólares, un 20% más que hace siete días. El Presupuesto General del Estado para 2022 tiene como supuesto, un precio promedio de 50,47 dólares el barril de petróleo. “A ese precio el monto presupuestado para la subvención es de 700 millones de dólares. Como referencia, se puede decir que a un precio promedio de 70 dólares, la subvención ascenderá a más de 1.000 millones de dólares”, advierte.

Añade que por su lado el precio del gas de exportación tendrá efecto en el mediano plazo. “El incremento en el precio del petróleo se verá reflejado inmediatamente en el aumento de costos de importación de líquidos (por ende en la subvención), mientras que el impacto en ingresos por precios del gas recién se verá reflejado en seis meses”, puntualizó la entidad.

Entre 2016 y 2021 el costo de la subvención al diésel y la gasolina se disparó de un valor de 1.424 millones de bolivianos a 4.330 millones de bolivianos, según YPFB, informó Página Siete el 26 de enero.

Un día antes, el 25 de enero, este medio también reveló con base a datos de YPFB que la producción de gasolina especial el año pasado cayó a 14.809 barriles y la demanda creció hasta 34.065 barriles. De esa manera el déficit llegó a 19.259 barriles. La oferta de diésel fue de 11.190 barriles y la demanda 35.293 barriles y el déficit 24.103 barriles.

La influencia de Rusia es nula en Bolivia; Gazprom tiene varias áreas para buscar gas, pero no perforó ningún pozo

Prácticamente nula es la influencia económica de Rusia en Bolivia. Salvo varios memorándums y acuerdos que firmó el Gobierno del expresidente Evo Morales, la presencia de empresas de ese país es limitada. Incluso la gigante Gazprom tiene asignadas varias áreas de exploración de hidrocarburos, pero en más de una década en el país la firma no perforó ningún pozo.

La incógnita sobre la influencia económica rusa en el país es cuestionada después que el Gobierno de Vladimir Putín decidiera invadir Ucrania. La acción militar fue cuestionada a escala global y tanto la Unión Europea como Estados Unidos han impuestos duras sanciones económicas contra Moscú.

En este contexto, en el país algunos legisladores pidieron al Gobierno del presidente Luis Arce Catacora, que exprese cuáles son los intereses económicos de Rusia en Bolivia.

Consultado sobre el tema el exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos expuso que la influencia del país europeo en Bolivia es mínima si se toma en cuenta al principal negocio que tiene el Estado: el gas natural.

Explicó que el gigante energético ruso Gazprom opera en el país hace más de una década, pero a la fecha su única participación importante es ser socio del campo Incahuasi, pero de forma minoritaria. Agregó que en todo este tiempo la petrolera no logró desarrollar ningún campo, pese a tener asignadas varias áreas.

De hecho, en 2013, el Senado boliviano sancionó la ley que aprueba el contrato de explotación de hidrocarburos que supone la entrada de la petrolera rusa Gazprom. Este acuerdo estableció que la petrolera rusa y Total explorarían un bloque de más de 700.000 hectáreas, con una inversión de $us 130 millones.

No obstante, la petrolera no avanzó con ninguna perforación o desarrollo de un campo gasífero. En 2018 se anunció que Gazprom perforaría ocho pozos en la zona de Vitiacua: dos exploratorios y seis de desarrollo. Pero nada pasó.

El investigador y científico, Francesco Zaratti dijo en el EL DEBER Streaming que la presencia de Gazprom en el campo Incahuasi obedece más a una alianza internacional que tiene con Total Energy, que por un interés en el país.

El especialista dijo que la presencia de la empresa rusa obedece más a un factor geopolítico. Recordó que el acercamiento entre Rusia y Bolivia se afianzó cuando el estado boliviano era miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), por lo tanto, ese acercamiento convenía mucho al Gobierno de Putín, porque era un voto a su favor.

“Ahora Bolivia no es miembro del Consejo de Seguridad y lo que pase con la Guerra no afectará mucho, Gazprom no he hecho grandes inversiones”, dijo.

Consultado sobre la presencia de Rosatom en el país mediante el proyecto la construcción del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear (Cidnt) dijo que esta obra se financia con recursos del Estado.

En ese sentido, dijo que el proyecto se retrasaría un poco, pero más allá de estos dos ejemplos aseguró que la influencia económica de Rusia es mínima.

El miércoles dos legisladores opositores anunciaron que pedirán mediante un informe escrito cuáles son los intereses comerciales de Rusia en Bolivia.

El diputado Miguel Roca afirmó que el intercambio comercial con el país ruso es casi nulo, sin embargo, Bolivia ha contratado a la empresa rusa Rosatom para el proyecto del Centro de Investigación de Desarrollo en Tecnología Nuclear, instalada en la ciudad de El Alto. Para el contrato de 351 millones de dólares se gestionó un préstamo con la CAF, que ayuda con parte del financiamiento.

Panificadores en emergencia por alza del precio de harina; Emapa garantiza abastecimiento

En los últimos días el precio del quintal de harina se incrementó de 165 hasta 210 bolivianos en el mercado boliviano y los panificadores se declararon en estado de emergencia. Al respecto, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) asegura que hay suficiente trigo para garantizar el abastecimiento.

El incremento del precio de la harina es una de las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania, que también afecta a los demás países de la región sudamericana como Argentina, Chile y Perú, entre otros.

“Ayer nos hemos reunido con todos los dirigentes sectoriales en la cual se ha determinado declarar estado de emergencia desde ayer, a razón que el precio del quintal de harina en el mercado se ha elevado de forma desmesurada. Lo que costaba 165, 160 hoy esa misma harina cuesta 200, 210 bolivianos, Y para el colmo no hay harina que pueda estar dentro de la oferta en las tiendas de abarrote”, señaló el dirigente de los panificadores Dandy Mallea a Red Uno.

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Al respecto el gerente general de Emapa, Franklin Flores, garantizó el abastecimiento de la harina en el mercado boliviano y aseguró que el país cuenta con 130 mil toneladas de trigo acopiadas para producir 1,6 millones de quintales.

“Nosotros garantizamos toda la harina que requiere el sector panificador, Emapa cuenta a la fecha con 130 mil toneladas de trigo acopiadas en los silos del Estado boliviano. Que se queden tranquilos, tenemos el trigo necesario para moler 1,6 millones de quintales de harina para distribuir a los hermanos panificadores”, declaró ante los medios Flores.

No obstante, Mallea señaló que Bolivia no tiene la capacidad de satisfacer la demanda interna de harina al 100 por ciento e indicó que solo el 45% de lo que requieren los panaderos es cubierto por Emapa, pero el 55% restante es comprado en el mercado que importa el producto.

El dirigente adelantó que analizarán la posible modificación de la escala de precios de pan, un producto clave de la canasta familiar.

El alza del precio de la harina también afecto a Argentina, donde se reporta un incremento del 70%. Mientras que en Chile la materia prima subió el 21,89% y en Perú su preció pasó de 122 a 136 soles.