Disminuye el ritmo de crecimiento del comercio exterior, según la CNC

El ritmo de crecimiento, tanto en las exportaciones como en las importaciones, muestra una disminución en Bolivia, según alertó la Cámara Nacional de Comercio (CNC).

A esta conclusión llega la CNC al hacer un análisis comparativo de las exportaciones y las importaciones a septiembre de 2022, con datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE).

“Las exportaciones a septiembre de 2022 registraron un valor de $us 10.638 millones de dólares, lo cual representa un incremento del 33% ($us 2.616 millones) respecto el valor registrado en el mismo período de la gestión 2021”, dice el gerente general de la CNC en una nota de prensa enviada a CORREO DEL SUR.

Por otro lado, agrega que “las importaciones a septiembre de 2022 registraron un valor de $us 9.678 millones dólares, lo cual representa un incremento del 48% ($us 3.141 millones de dólares) respecto al valor registrado en igual período de 2021”.

Según el análisis realizado por la Cámara, se puede verificar que el ritmo de crecimiento, tanto en las exportaciones como en las importaciones, muestra una disminución respecto el valor acumulado hasta el mes de agosto pasado, remarca.

BALANZA POSITIVA

Para las exportaciones esto representó un decrecimiento del 6% ($us 75,4 millones) y para las importaciones, uno del 2% ($us 31,3 millones).

Sin embargo, se mantuvo el resultado de la balanza comercial positiva en $us 959 millones, aunque por debajo en un 35% respecto a 2021, que a septiembre registraba $us 1.484 millones.

El Gerente General de la CNC estableció que, en lo que viene del presente 2022, las exportaciones registran un valor promedio mensual de $us 1.182 millones, lo cual representa un 33% superior al promedio reportado en el mismo periodo de 2021 cuando estaba en $us 891 millones.

Asimismo, las importaciones registran un valor promedio mensual de $us 1.075 millones, lo que representa un 48% superior al promedio reportado en el mismo periodo de 2021, cuando eran $us 726 millones.

Jáuregui mencionó que, si el ritmo de la dinámica del comercio exterior se mantiene como hasta ahora, al cierre de 2022 se podría tener exportaciones en el rango de entre 13.500 y 14.000 millones de dólares, e importaciones entre 13.000 y 13.500 millones de dólares.

Esto ratifica la importancia del comercio exterior boliviano para la dinámica de la economía nacional, finalizó.

Prevén $us 327 millones menos por venta de gas y $us 406 millones más por subsidio de combustible

La teoría económica indica que toda disminución de ingresos debe estar acompañada de una reducción de gastos. Pero eso no ocurre en Bolivia, cuyo presupuesto muestra que, en relación con este año, el país recibirá en 2023 unos $us 327 millones menos por las exportaciones de gas, mientras que la subvención al sector hidrocarburos aumentará al menos en $us 406,3 millones.

Las exportaciones de gas en 2023 generarán $us 2.672,8 millones, cantidad menor a los $us 3.000 millones previstos para 2022; mientras que los subsidios al sector demandarán de $us 1.098 millones el siguiente año, cuando lo proyectado para esta gestión era de $us 691,7 millones.

El Presupuesto General del Estado (PGE) 2023 refleja la declinación de la producción nacional gasífera, que ha pasado de 60 millones de metros cúbicos día (MMm3d) en 2015 a 38 MMm3 a octubre de 2022, indicó Raúl Velásquez, analistas en hidrocarburos y energías de la Fundación Jubileo

“Todo hace prever que el país no va a poder vender los volúmenes que exportaba hace años. En octubre, por ejemplo, se estaba exportando a la Argentina 7 MMm3d, cuando originalmente se tenía previsto exportar 23MMm3d. Y este mes hemos tenido un problema incluso con el envío de esos 7 MMm3d”, dijo.

Esta disminución de ingresos por la venta externa de gas y otros significa menos recursos para el Gobierno, gobernaciones, municipios, universidades y fondo indígena.  “Lo que debería hacerse es reducir los gastos en ese (mismo) monto”, dijo Germán Molina, miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.

“No sabemos de dónde van a sacar los recursos para la subvención a los hidrocarburos”, cuestionó el analista Gonzalo Chávez.

“Bolivia tiene problemas en la producción de gas, a pesar de que actualmente hay un contexto internacional favorable a los precios del barril de petróleo, que ha estado bordeando los $us 100 y hoy está en 90”, indicó Velásquez.

El sector de los hidrocarburos es una fuente de ingresos muy importante para el país, ya que en 2015 no solo comenzó a caer la producción de gas de Bolivia, sino que el país retornó al déficit fiscal, recordó el investigador. “Los ingresos que genera el mercado interno no han llegado a cubrir los gastos que el Estado realiza con los recursos provenientes del gas”.

Baja la inversión, las exportaciones de gas y otros indicadores. Así, ¿cómo pensamos crecer? Ese resultado no tiene fundamentos económicos”, expresó Molina.

Chávez señaló que, sin una evaluación del PGE 2022, el PGE 2023 se convierte en “una lista de buenos deseos, sin fundamento macroeconómico y descontextualizada de la crisis que vive el país”.

Expertos advierten riesgos en la estabilidad del tipo de cambio por caída de las Reservas Internacionales

La variación decreciente de las Reservas Internacionales Netas (RIN) del Banco Central de Bolivia (BCB) -desde su máximo en 2014, que registraban más de $us 15.000 millones, hasta $us 3.852 millones al 18 de noviembre (es el último dato oficial disponible)- desnuda riesgos en la estabilidad cambiaria y desequilibrio en el mercado financiero del sistema nacional.

Así, en opinión del presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Luis Fernando Romero, de persistir esta tendencia puede acarrear una crisis en la balanza de pagos, donde el BCB, al no tener el volumen necesario de divisas para mantener el equilibrio en el mercado cambiario nacional le será difícil sostener el tipo de cambio fijo y, por ende, será inevitable la devaluación de la moneda, “salvo que solventen las RIN con una mayor deuda pública, se canalicen recursos de otras partidas del PGE u otras políticas que también pueden traer efectos negativos”, anotó.

Deduce que si el tipo de cambio del dólar sube traería un proceso inflacionario, puesto que la economía es altamente consumidora de bienes foráneos (legales o ilegales), inclusive lo que producimos que utilizan materia prima o insumos extranjeros (por ejemplo, combustibles), incrementando sus precios para el mercado local. “Todo esto también generaría la pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda, que en un contexto de crisis mundial, con tendencias a una contracción económica e inflación generalizada, para el país sería catastrófico”, afirmó Romero.

Otro efecto desfavorable, a su criterio, sería un desequilibrio en el mercado financiero, sobre todo el crediticio en moneda americana, habiendo ganadores y perdedores, dependiendo si uno es deudor o acreedor, pero el peso de la moneda nacional, su valor y la ‘bolivianización’ de la economía, se vería muy afectada.

Para Christian Aramayo, economista y presidente de la Fundación Gobierno Abierto, una caída en las reservas implica un serio riesgo en la estabilidad cambiaria y, por lo tanto, en las expectativas de la población y los agentes económicos.

En otras palabras, cree que, a raíz de una desestabilización en las variables monetarias, puede generarse fenómenos de conflictividad social. “Si bien es preocupante que las divisas estén por debajo de $us 1.000 millones, ya es alarmante el ritmo de reducción desde 2015”, dijo Aramayo.

Expuso que Bolivia es considerado un país con un riesgo considerable (Fitch califica el riesgo país en B) debido a los niveles de incertidumbre, paupérrima calidad institucional y algunas señales macroeconómicas. “Esta caída en la confianza en el Estado boliviano implica el cierre o el encarecimiento de fuentes de financiamiento externo para, por ejemplo, cubrir el déficit fiscal”, enfatizó Aramayo.

De hecho, insinuó que un Estado cuando se encuentra en situación de déficit y no reduce los niveles de gasto, tiene dos opciones: endeudarse (lo que implica trasladar el costo a las familias del futuro) o imprimir papel moneda, lo que tiene el riesgo de generar presiones inflacionarias afectando principalmente a las familias más vulnerables del país, como ocurrió en la década de los 80.

Por si fuera poco, el economista Róger Banegas, anotó que Bolivia en la actualidad está con calificación de riesgo ‘B’ interpretada como inversión especulativa, es decir, sus títulos no están en grado de inversión. “Estas calificaciones de riesgo soberano han disminuido en los últimos años debido a los desequilibrios macroeconómicos, especialmente por el déficit fiscal permanente y, sobre todo, por la caída significativa en las RIN”, dijo.

Según él, hay más de $us 8.500 millones en las calles, dólares informales que han salido del BCB y del sistema financiero a lo largo de los últimos años. “Se debe realizar un ajuste en la estructura del aparato estatal: gasto e inversión pública, el BCB no puede seguir financiando a las empresas públicas estratégicas”, señaló Banegas.

De acuerdo con el Banco Central de Bolivia, las RIN alcanzan un saldo de $us 3.852 millones al 18 de noviembre de este año y representan alrededor del 9% del PIB de Bolivia. “Las RIN cubren cuatro meses de importación de bienes y servicios, siendo que el parámetro referencial internacional es de solamente tres meses. Por otra parte, las RIN cubren más de tres veces el servicio de la deuda externa pública y privada de corto plazo, cuando el umbral referencial es de una vez”, puntualizaron desde el ente emisor.

Las reservas se constituyen en un respaldo financiero para las importaciones o compras externas del país. El Fondo Monetario Internacional (FMI) sostiene que las RIN deben cubrir entre tres y cuatro meses de importaciones de un país “para suavizar el consumo en el caso de una caída dramática de las exportaciones”.

Indisciplina fiscal

Para Antonio Saravia, doctor en economía y director del Centro de Estudios para la Economía y la Libertad en Mercer University (EEUU), si las RIN siguen cayendo y se acaban los dólares, la presión sobre el tipo de cambio fijo será muy fuerte. Así, dijo que el Banco Central tendrá entonces solo dos opciones de corto plazo que generarían una crisis económica.

La primera opción, a su juicio, es reducir la oferta monetaria para así hacer más escaso el boliviano y rebajar la demanda de dólares. “Esto se logra vendiendo bonos del tesoro y subiendo la tasa de interés. Pero estas políticas son claramente recesivas y reducirían la tasa de crecimiento, subirían el desempleo, etc.”, aludió Saravia.

La segunda opción es devaluar. Esta es, a su criterio, la peor elección de todas porque causaría incertidumbre, inflación y altas expectativas de más inflación. “Una devaluación soltaría además las amarras para que el Banco Central siga financiando al Gobierno y no generaría los incentivos necesarios para bajar el gasto. No importa cómo se lo mire, entonces, el descalabro de las RIN es una muy mala noticia y la consecuencia de muchos años de indisciplina fiscal e irresponsabilidad de políticas públicas, precisó Saravia.

Desde la visión del economista Wálter Morales, las RIN han caído, desde su máximo en 2014, que registraban más de $us 15.000 millones, hasta menos de $us 4000 millones, y solamente la cuarta parte son divisas líquidas.

Para seguir funcionando sin sobresaltos, expresó que se ven una serie de intenciones y medidas, pero orientadas a restringir las libertades y la movilidad de dólares, lo cual no es sostenible. “Los niveles promedio de seguridad de las divisas ya están por debajo de los $us 1.000 millones y podría generarse una demanda potencial que sea difícil de detener racionalmente, si se quiere mantener el tipo de cambio, o evitar que se cree uno paralelo”, apuntó Morales.

Afortunadamente, en su criterio, la mayoría de los agentes económicos no cuenta con ahorros significativos, y, dados los costos de moverse entre dólares y bolivianos, aún se mantiene la transaccionalidad y cierta confianza en la moneda nacional. Adicionalmente, dijo que existen dólares desintermediados, fuera del sistema financiero, por diferentes motivos y eso amortigua también la demanda.

Para Morales, se requieren medidas de fondo estructurales y alineadas con objetivos de mediano y largo plazo como las exportaciones, inversión extranjera y la utilización inteligente de financiamiento externo. “No se puede continuar con los niveles de agregados monetarios y financiamiento interno, porque eso se puede volcar a buscar y perder más dólares aún”, enfatizó, al anotar que el modelo económico vigente, con tanta incertidumbre, requiere un cambio de visión, más amplia y pragmática, por sobre la ideología y los apasionamientos.

La realidad se impone

Según el analista económico Joshua Bellott Sáenz, las RIN a finales de 2020 eran $us 5.276 millones, y en divisas $us 2.386 millones. Para el 26 de octubre de este año alcanzaron $us 3.833 millones y en divisas $us 998 millones. El último reporte del 18 de noviembre de este año, indica que las divisas suman $us 854 millones. “La pérdida a un año y 11 meses es de casi $us 1.500 millones, pese a que se tuvo un 2021 una balanza comercial positiva que alcanzó los $us 1.400 millones y un ingreso por remesas de compatriotas que viven en el exterior por un monto similar (entraron más dólares de los que salieron), pero la caída de las reservas no se detuvo”, anotó.

Tomando en cuenta que en septiembre de este año las RIN se situaron en un poco más de $us 700 millones (menos de un mes de importaciones), a juzgar por Bellott, es evidente cierta volatilidad del indicador. “Si a esto, adicionamos el paro de Santa Cruz que se constituye probablemente en el mayor generador de divisas para el país, es casi seguro que, para diciembre o enero del siguiente año, la cantidad de divisas caiga aún más. Por supuesto, parece que el riesgo de desestabilización de la economía se acerca inevitablemente”, enfatizó.

Baja oferta en producción de quinua

El docente e investigador de la Universidad Tomás Frías de Potosí, David Soraide Lozano, señaló que en los últimos años bajó la exportación de quinua, por diferentes factores, como caída de precios y la ausencia de mercados.
Frente a ese escenario adverso, los productores han dirigido su atención al mercado interno, mediante la provisión del grano al desayuno del escolar en los municipios del país, informó el docente de la Tomás Frías.

Asimismo, sostuvo que los productores no sólo proveen quinua a los colegios, sino también han diversificado su oferta, pues dieron valor agregado al grano para abarcar a más consumidores.

Dejaron de exportar y se han dedicado al mercado nacional, dijo a tiempo de resaltar que de esta manera se fomenta el consumo del grano en el país, y se brinda un alimento con muchos nutrientes, que es valorizado por países europeos y Estados Unidos.

El grano es valorizado más que nosotros, reflexionó el entrevistado y contó que los universitarios de Harward de Estados Unidos lo consumen acompañado de miel de abeja.

QUINUA REAL

Por otra parte, Soraide Lozano lamentó que se haya olvidado continuar con el proceso de la denominación de origen para la quinua real, y a pesar de que se lo hizo ante la Comunidad Andina de Naciones (CAN), todavía falta Europa, Asia y Estados Unidos.

Como se recordará, en el año 2013 se apostó por el día internacional de la quinua, y la propuesta valoró el grano a nivel mundial, pero Bolivia no aprovechó lo suficiente, pues su fuerte es la producción de quinua real.

A partir de ese año, varios países empezaron a producir la quinua, y en la región tomó el liderazgo Perú, que desplazo a Bolivia al segundo lugar en exportaciones y producción.

«No hemos avanzado», apuntó y dijo que esta dejadez perjudica a los productores, pues no puede llegar a nichos de mercados importantes para los productores.

La directora del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), Shirley Rojas Ledezma, dijo que de manera urgente se inicia el trabajo de la denominación de origen, con el objetivo de aprovechar los nichos de mercados específicos, y mejorar los ingresos de los productores.

Jornadas

Durante dos días se realizó las segundas jornadas científicas sobre la preparación de los temas con miras al Congreso Mundial de la Quinua, a realizarse en Potosí el próximo marzo de 2023.
Dijo que se presentarán al Congreso seis ejes temáticos, fruto de las jornadas realizadas la semana pasada en La Paz, y de las primeras que se hicieron en Potosí.

Señaló que dialogaron sobre recursos genéticos, suelos, enfermedades, como plagas, nutrición, salud y cambio climático, así como gastronomía y productividad.

La productividad fue uno de los temas que se analizaron en las jornadas, pues la quinua, a pesar de que es resistente, también requiere de cuidados para aumentar la producción.

La fertilización es importante, ya que a pesar de que la quinua tiene la capacidad de resistir el suelo salino y poca lluvia, requiere de nutrientes, para aumentar su rendimiento, similar a la de otros países, apuntó Rojas.

Datos

Entre el 2000 y 2021, las exportaciones bolivianas de quinua sumaron 1.237 millones de dólares por la venta de 408 mil toneladas. Después de registrar un crecimiento importante durante el 2020, en el 2021 el sector tuvo una notable caída en sus ventas externas, de acuerdo a información del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), publicado en junio de la presente gestión.

Al mes de abril del 2022, las ventas externas del grano de oro cayeron en valor 21% y en volumen 15%, comparado con el mismo período del 2021.

Los principales compradores de la quinua boliviana fueron: Estados Unidos con una participación del 40% sobre el total exportado, seguido de Alemania (13%), Francia (9%), China (8%) y Países Bajos (7%). En el 2021, el mayor exportador mundial de quinua fue Perú, en tanto que el principal importador a nivel mundial fue Estados Unidos.

Aduana identifica 19.082 operadores de comercio habilitados para importar y exportar

De acuerdo con el último reporte de la Aduana Nacional el número de operadores de comercio incrementó de 3.222 registrados en la pasada gestión (2021) a 19.082 habilitados hasta el 28 de octubre de 2022, los cuales, legalmente pueden importar y exportar mercadería en Bolivia .

El operador de comercio exterior es toda persona natural o jurídica interviniente en los regímenes aduaneros, previstos en la Ley General de Aduanas, sin excepción alguna. Asimismo, el importador es la persona que presenta mediante una Agencia Despachante de Aduana la declaración de mercancías para su despacho.

Por tanto en los últimos 10 meses, la entidad aduanera habilitó a 15.860 personas para realizar operaciones de comercio exterior.

De los 19.082 operadores habilitados en el país, 16.134 son importadores, 963 exportadores, 1.559 transportadores internacionales terrestres carretero de carga, 311 Agencias Despachantes de Aduana, 61 empresas de consolidación y desconsolidación de carga internacional, 15 transportadores internacionales aéreos, 13 empresas de servicio expreso (Courier), nueve usuarios de depósito aeronáutico, entre otros.