La principal apuesta del Gobierno para aumentar las reservas internacionales netas (RIN) y sostener el tipo de cambio es la contratación de deuda externa, una decisión que funcionará en el mediano y largo plazo, si es que no se afecta el mercado privado de divisas, según analistas.
Tras la “significativa” caída experimentada en 2020, las reservas internacionales “se estabilizaron” en 2021, reportó el Banco Central de Bolivia (BCB) en marzo pasado, cuando suscribió también con el Ministerio de Economía el Programa Fiscal-Financiero 2022, en el que una de las metas para la economía boliviana es que las RIN aumenten hasta fin de año en una cantidad de $us 450 millones.
Este objetivo aún no se concretó, ya que tras registrar $us 4.752 millones a fines de 2021, las reservas descendieron este año dos veces por debajo de los $us 4.000 millones. Al 6 de octubre, cerraron en $us 3.984 millones, tras haber descendido hasta $us 3.721 millones el 2 de septiembre pasado.
Estas cifras se observan pese al mayor ingreso de divisas al país en los últimos meses, producto del récord en el valor de las exportaciones, y por el aumento de las remesas familiares, dos de las principales variables que pueden subir el nivel de las RIN.
El 8 de octubre pasado, el ente emisor informó a este medio que esto se debe a que la reconstrucción de la economía demanda una mayor cantidad de divisas.
“En lo que resta de 2022 se prevén importantes flujos de ingresos desde el exterior relacionados con el superávit comercial, que se estima alcance uno de los niveles más elevados en los últimos años; con los desembolsos de deuda externa; con influjos positivos de inversión extranjera y con las remesas familiares, entre otros”, indicó.
La importancia de que estos activos se encuentren en un buen nivel radica en que con ellos se pagan las importaciones y la deuda externa, y que sirven como respaldo al boliviano, lo que permite mantener el tipo de cambio.
Este “es un problema para el tipo de cambio fijo. El Gobierno se ve obligado a defender la moneda nacional con las reservas, pero ese respaldo se va acortando poco a poco”, afirmó Enrique Araníbar.
Sin embargo, agregó el economista, “lo más probable es que la situación de las RIN se mantenga, no por el superávit comercial ni una mejora en la economía nacional, sino porque en los próximos meses habrá desembolsos de deuda externa”. “Puede que las reservas aumenten, pero eso será transitorio”, acotó.
Pero el que no hayan crecido con el mayor ingreso de dólares generado por las exportaciones y remesas se explica con otras variables que presionan a la baja el nivel de estos recursos.
“Las reservas son una clara muestra del estado de salud de la economía boliviana”, remarcó el analista financiero Jaime Dunn, quien con Araníbar y José Gabriel Espinoza, ex directivo del BCB, detallaron otros factores que merman estos activos.
Entre estos están: la inversión pública, que requiere de la importación de bienes de capital; y el déficit fiscal, que se cubre también con deuda interna que, a su vez, fomenta la inversión pública y la compra de maquinaria.
También figuran la compra de mercadería en otros países con dólares de Bolivia para ingresarla por contrabando al país; la baja inflación, reprimida a costa de subsidios; y el consumo masivo, que promueve la mayor internación legal e ilegal de mercadería.
La creciente importación de combustibles, producto de la caída en la producción nacional de hidrocarburos, es igualmente fundamental y se ve agravada por la elevación internacional de precios y por el contrabando de gasolina y diésel subvencionados desde Bolivia a otros países.
Estos elementos negativos “ponen una gran presión hacia la baja sobre las RIN y por eso no suben, a pesar de que las exportaciones han aumentado. De continuar así, cualquier beneficio que se tenga por la balanza comercial inmediatamente se pierde por el déficit fiscal, el crédito interno o la inflación restringida”, dijo Dunn.
Y la balanza comercial formal, precisó, será positiva mientras dure el conflicto entre Ucrania y Rusia, y en tanto no se agrave la actual recesión mundial, que causará menos consumo de commodities y la caída de precios.
El estado de las RIN “tiene que ver, con el mal manejo de la política monetaria y, sobre todo, de la política fiscal”, subrayó Espinoza.
Pero en la actual situación de las reservas juega también un rol lo que la población cree que pasará con las variables de la economía. “Por ahora, las familias tienen unas expectativas calmadas sobre el tipo de cambio, pero en la medida que las reservas sigan cayendo, esas expectativas pueden cambiar muy rápidamente”, explicó Espinoza.
Para José Luis Evia, investigador de la Fundación Milenio, “un bajo nivel de las RIN puede generar mayores expectativas de devaluación, que si se generalizan pueden complicar la situación financiera del país, reduciendo la demanda de dinero local e incrementando la demanda de dólares”.
“Si la demanda de dinero no crece o se reduce, la pérdida de reservas puede hacerse insostenible. Esto puede forzar al Gobierno a tener que escoger entre abandonar el tipo de cambio fijo o hacer un ajuste fiscal”, aseveró.
Pero “cuando el ciudadano de a pie o el empresario crea que el tipo de cambio ya no funciona, cuando todos salgamos a buscar dólares, se puede dar una devaluación de facto:”, advirtió Dunn.
Otro factor a tomar en cuenta es la oferta privada de divisas, que evita una presión aún mayor sobre las RIN. Si el Gobierno no afecta a este mercado con mayores restricciones a la exportación o mecanismos de captura de divisas, si no rompe ese equilibrio que es bastante delicado, podría mantenerse el tipo de cambio por un tiempo relativamente largo”, sostuvo Espinoza.
El sector privado necesita divisas “para la importación de bienes y servicios; es por eso que deben ser suficientes para financiar por lo menos tres meses de compras externas”, afirmó Gustavo Jáuregüi, gerente general de la Cámara Nacional de Comercio.
Hasta agosto de este año, “los niveles de reservas están justos” para ese tiempo, consideró.
Evia precisó que la situación de las RIN es delicada “aumenta el riesgo país, aleja al país de los mercados internacionales de crédito, encarece el crédito al que se puede acceder, ahuyenta inversión extranjera, hace más difícil la gestión y el endeudamiento de las empresas privadas, y, en muchos casos, hace más difícil la concreción de acuerdos a largo plazo, los que tienden a dolarizarse”.
“No se ve que el Gobierno esté tratando de solucionar al problema. Da la impresión de que está tratando de sobrevivir al momento y esperando que de alguna forma tanto el contexto internacional, como el nacional mejore para pasar el vendaval”, dijo Araníbar.
En 2018, el entonces presidente Evo Morales, en articulación con los agroindustriales del complejo productivo de la caña de azúcar, promulgó la Ley de Aditivos de Origen Vegetal y presumió de la irrupción de Bolivia en la era de los combustibles verdes (etanol) con la finalidad de sustituir gradualmente la importación de gasolina y diésel. Pasaron cuatro años y los actores del sector productivo perciben avances, pero a un ritmo lento y sin los resultados deseados.
Fuentes del sector agroindustrial denotan que la tarea pendiente sigue siendo la falta de voluntad del Gobierno para apostar de manera plena por el bioetanol, un aditivo que en la coyuntura actual de volatilidad del precio del petróleo, puede reemplazar el consumo y sustituir las importaciones de gasolina y diésel que, de enero a agosto de este año, con cifras del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), exceden los $us 2.778 millones. En 2021, en igual periodo, superó los $us 1.042 millones.
Argumentaron que en 2018 -cuando se lanzó el proyecto etanol- el precio del barril de petróleo fluctuaba entre $us 45 y 50. Hoy el barril se cotiza en $us 80 y hace un mes alcanzó los $us 100. “Llama la atención que YPFB importa un litro de gasolina, puesto en las principales ciudades del país a más de Bs 10, cuando el etanol vale casi la mitad (Bs 4,80). Se mezcla un 8% de etanol a la gasolina y no en todo el país, solo en el 80% del territorio nacional. La norma vigente obliga a YPFB hacer una mezcla del 12%. Si la proporción de mezcla pasa del 8 al 12%, ese 4%, significa 80 millones de litros al año y, en valor, un ahorro de $us 40 millones en la chequera estatal por sustituir importación de combustibles”, anotaron las fuentes, que pidieron la reserva de su nombre por temor a represalias.
Aclararon que el precio de etanol (Bs 4,80) que YPFB paga al sector agrícola e industrial fue establecido en un decreto firmado en 2018 por el Gobierno de aquel entonces, donde se fijó un precio invariable por cinco años que vence en 2023.
“Nos preocupa que Bolivia gaste $us 40 millones por incumplir la norma vigente, cuando puede comprar un producto nacional, sin considerar el efecto multiplicador que tiene en la economía nacional”, mencionaron, al aludir que la producción nacional de etanol este año ronda los 300 millones de litros, estimando fuera de los 160 millones de litros comprometidos mediante contrato con YPFB, una oferta exportable del 50%. Dudan que la estatal petrolera cumpla con el retiro del producto pactado.
Desde Santa Cruz se envía alcohol anhidro a Europa, Chile, Perú y Colombia. “Venimos exportando al puerto de Róterdam, a 6.000 km de distancia, y no es posible que nuestro etanol no pueda llegar a Cobija y Trinidad”, expresaron, al referir que lo hacen por falta de oportunidad de mercado en Bolivia y por los precios de exportación, donde pagan hasta 0,85 centavos de dólar por litro de etanol. En Bolivia alcanza a 0,70 centavos de dólar (Bs 4,80). Al ser commodity el precio del etanol es variable.
Desde la Confederación Nacional de Cañeros de Bolivia (Concabol), Óscar Alberto Arnez, instó a las autoridades del sector hidrocarburífero a aumentar los porcentajes de mezcla de etanol en la gasolina en el marco de la ley vigente, para sustituir importaciones.
El año que más se compró
En una entrevista a EL DEBER, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, afirmó que este ha sido el año que más han comprado etanol, “pero hay una restricción porque la normativa te dice, que es la que maneja la ANH, hasta cuánto es el porcentaje de mezcla de la gasolina. Y hay mucha mala campaña, porque se dice que arruinará el vehículo y hay que ser claro que el etanol que se vende en las estaciones de servicio, no es un producto que la gente lo consuma. La gente sigue consumiendo la especial, porque hay un mal marketing”expresó.
Insinuó que comercialmente no es rentable. “Te reduce la subvención, pero la gente prefiere gasolina especial. Todo el etanol que podemos lo compramos. Son 160 millones de litros es lo que se tiene comprometido. El objetivo nuestro es usarlo”, anotó Dorgathen.
En YPFB indicaron que desde la promulgación de la Ley 1098 de 17 septiembre de 2018, en aplicación de la ley, realizó la compra de etanol a los ingenios proveedores.
Expresaron que desde el inicio del programa el compromiso fue de adquirir 160 millones de litros al año, siendo el incremento gradual. “El primer año de vigencia se adquirió 45 millones de litros; siendo histórico que este año hemos comprado hasta septiembre más de 100 millones de litros y se tiene proyectado cerrar la gestión con 140 millones”, anotaron.
YPFB especificó que este incremento se da gracias a las políticas implementadas por el Gobierno. Por ejemplo, con la resolución de la ANH N°0593/2022 se incrementó el porcentaje del 8% a 10% de la proporción de mezcla de etanol en la gasolina. “Si bien el programa inició la gestión 2018, a partir del 2021 se incorporaron planes y proyectos de almacenaje, mezcla, sistemas de operación que permitan un incremento en el uso del etanol a escala nacional”, apuntó YPFB.
Hace dos semanas, el ingenio Aguaí reclamó que desde el Gobierno se ignore la oferta de etanol. Sobre ello, el ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, sostuvo que el tema del etanol es importante, pero los precios varían, y no son estáticos por diversos factores. “El problema es que en Bolivia nos acostumbramos a los precios fijos”, exclamó.
Sin embargo, hay un precio vigente en norma hasta 2023.
Para Álvaro Ríos, ex ministro de Hidrocarburos, el tema de fondo es que en una etapa de precios altos, con un barril de petróleo que supera los $us 80, sale ventajoso usar el etanol boliviano, como aditivo, porque compite muy bien con el precio de la gasolina importada.
“No creo en una mala voluntad del Gobierno, veo más un tema de burocracia en YPFB para poder mover la logística y mezclar hasta un 12% de etanol, como está estipulado”, indicó Ríos.
La semana pasada, en La Paz, las universidades Mayor de San Andrés de Bolivia (UMSA) y de San Pablo (Brasil) presentaron un estudio en el que se probó el uso de gasolina con mezclas del 10%, 15%, 20% y 25% de alcohol anhidro. Los ensayos mostraron el incremento en la potencia del motor, mejora del torque, mantenimiento del flujo de combustible y disminución de gases de efecto invernadero.
“El uso de gasolina con un porcentaje de entre 15 y 25% de alcohol le puede generar al Estado un ahorro mayor a los $us 250 millones cada año”, afirmaron los académicos que presentaron la investigación que se inició en 2018, se suspendió por los conflictos sociales de 2019 y la pandemia, y concluyó en los últimos meses de la presente gestión.
Desincentivo y frustración
Desde la sociedad granelera Granosol S.A., que produce bioetanol a partir de sorgo en Pailón -al este de Santa Cruz-, el presidente William de las Muñecas, expresó que se dedica a exportar toda su producción a la Comunidad Económica Europea y países del Bloque Andino porque el Gobierno no ha comprado nunca el biocombustible que se comprometió comprar.
“La matriz energética que hemos construido, producto de la industrialización del cereal, puede aportar cerca de 15 millones de litros de etanol al año, pero nuestra producción se está yendo al exterior”, aseveró.
De las Muñecas insinuó que el productor de sorgo de la zona este de Santa Cruz se encuentra frustrado porque los esfuerzos que hacen para producir sorgo, para aportar a la matriz energética boliviana, han sido en vano. “Eso lo vemos como un desincentivo a la agricultura e industria. La entidad llamada a fijar la resolución determinativa de precio para el alcohol de sorgo nos discrimina”, apuntó.
Con el apoyo del Viceministerio de Comercio Exterior, autoridades del Beni aceleran gestiones para la apertura oficial del puesto fronterizo de Puerto Ustarez, a fin de mejorar la integración comercial y el paso de personas entre Brasil y Bolivia.
Para el efecto, autoridades de la gobernación y de la Cancillería del Estado sostuvieron reuniones donde se acordó un plan de acciones que prevé una reunión el próximo 16 de noviembre en la ciudad de Trinidad.
La Cancillería solicitó un informe actualizado sobre el estado de situación de la zona donde se proyectará el control fronterizo y, posteriormente, se programaría una visita a finales de noviembre o principios de diciembre, según acta de la reunión.
La directora de Relacionamiento Internacional, Tatiana Paniagua, representó al gobernador Alejandro Unzueta en la reunión convocada por el Viceministerio de Comercio Exterior, considerando que para el Beni ese proyecto representa un hito que marcará un antes y después para la vida de los benianos y bolivianos.
La reunión permitió exponer los beneficios y el potencial que significa este paso fronterizo, tomando que en 980 km de frontera con Brasil hay un solo puesto de control.
La funcionaria resaltó las ventajas que tendría el Beni en base a su potencial ganadero y agrario en la producción de cacao, arroz, café, almendras y otros que puede ser de vital importancia para la zona.
Indicó que para el Beni es importante impulsar este proyecto conectaría ese departamento con el océano Atlántico y Pacífico en el marco del Corredor Bioceánico.
Bolivia, luego de la crisis sanitaria global, no ha logrado volver a alcanzar el millón de turistas extranjeros que obtuvo en años precedentes. Entre enero y julio del 2022 la llegada de visitantes superó las 300 mil personas. El ingreso receptor por turismo en las últimas dos gestiones no superaron los 200 millones de dólares, significando un nivel muy por debajo de lo que se registraba antes de la pandemia.
Los datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) muestran que desde el 2010 la cifra de visitantes fue en ascenso año en que llegó a 678.590 personas; un año después, 2011 subió a 711.338; en 2012 alcanzó a 797.911; en 2013 el número fue 798.272; en 2014 trepó a 870.540; en 2015 los visitantes que llegaron fueron 881.571; en 2016 subió a 960.814; en 2017 registró 1.108.595; en 2018 el número fue de 1.141.860; y en 2019 llegó a la cúspide, 1.229.281.
Sin embargo, la información del IBCE, en base a datos oficiales, señalan que en 2020 cayó a 323.272 personas; en 2021 siguió la misma tendencia, y registró 179.906; en la presente gestión, a la fecha, registró 332.436.
En la estructura de gastos de los visitantes, el mayor porcentaje se va a alimentos y bebidas con 23 %, luego está el transporte con 20 %, alojamiento con 13 %, artesanía y vestimenta 11 %, esparcimiento 8 %, y otros 14 %.
Los datos señalan a Santa Cruz como el principal receptor de visitantes extranjeros con 42.079 personas, seguido de La Paz con 26.592; Oruro con 6.972, Cochabamba con 5.172, El Alto con 3.130, Potosí con 2.024, Sucre con 2.024, Tarija con 1.594, Trinidad con 815 y Cobija con 473.
Pandemia
Antes de la pandemia la cifra de ingreso que dejaban los visitantes al país estaban en promedio 700 millones de dólares, pero la pandemia provocó una caída de -77 % de los ingresos, y entre 2020 a 2021 sólo se observó un aumento del 1 %, pero no llegó a los montos del 2019.
El virus del covid-19 provocó la paralización de las actividades económicas, debido a la cuarentena rígida, con el objetivo de evitar el contagio, pues no se contaba aún con vacunas para la enfermedad.
Argentina dice que está en conversaciones con Bolivia y Chile para convertirse en un bloque que permita fijar los precios del litio, tomando en cuenta que son los grandes productores de la región.
Se trataría de una “OPEP del triángulo del litio”, con el fin de lograr un “acuerdo del precio” ante la volatilidad del valor del mineral, del que los tres tienen grandes reservas y potencial de producción, dijeron fuentes de la Cancillería argentina
Según el portal biobiochile.cl. el precio del mineral es “arbitrario” debido a las frecuentes fluctuaciones de su valor -que ya había escalado a $us 9.720 a fines de mayo de 2021 por tonelada y actualmente ronda los $us 73.000-, lo que genera volatilidad e incertidumbre.
Así, los cancilleres de los tres países trabajan en la elaboración de un documento en el que apelan a la figura de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la alianza del cartel petrolero que fija niveles de producción para influir en los precios del barril de crudo.
Con la misma idea, los diplomáticos quieren acordar los precios y coordinar flujos de producción, además de fijar pautas de buenas prácticas para el desarrollo industrial sustentable y de desarrollo científico y tecnológico.
Entonces, las autoridades diplomáticas consideran que, si Argentina, Chile y Bolivia se ponen de acuerdo, entonces Australia -el primer productor del mundo- podría “confluir” con la idea de “converger en el precio”.
Entonces, los tres países negocian desde julio pasado una declaración conjunta para presentar a sus respectivos presidentes; lo que podría acelerarse la semana próxima, con motivo de las dos reuniones de cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se celebrarán en Buenos Aires.
Argentina, Bolivia y Chile conforman el llamado triángulo del litio, que cuenta con cerca del 65% de los recursos mundiales del mineral y alcanzó el 29,5% de la producción mundial total para 2020, según la secretaría de Minería argentina. Se estima que la explotación del mineral en salares y salmueras, como disponen Argentina, Chile y Bolivia, serán necesarias en el mediano plazo para atender la explosiva demanda de baterías de litio, en el marco de la transición a la electromovilidad.
China y Rusia, en carrera
A medida que se intensifica la carrera mundial por el suministro de litio, las empresas de China y Rusia dominan la competencia para desbloquear el vasto potencial de Bolivia, el país con el mayor recurso mundial del metal.
Cuatro grupos chinos y uno ruso están en la lista de preseleccionados mientras el gobierno de Bolivia se acerca a una decisión sobre un posible socio para la compañía estatal de litio Yacimientos de Litio Bolivianos. Un grupo estadounidense es la única empresa occidental que sigue en disputa.
El adjudicatario enfrentará el desafío de extraer los depósitos de Bolivia, pero el premio lo vale. El país tiene los recursos más grandes del mundo, según el Servicio Geológico de EEUU, según reporta el Financial Times. “China está dominando este sector estratégico (y) Bolivia está justo en el medio de esta competencia global”, dijo Benjamin Gedan del grupo de expertos estadounidense Wilson Center.
Llevaremos la carrera de Comercio Internacional al más alto nivel