Entre enero y agosto de 2022, las exportaciones bolivianas llegaron a US$9.456 millones, mientras que las importaciones del país llegaron a US$8.354 millones, según información publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Estas cifras significan un incremento del 36% interanual en el caso de las exportaciones y del 45% en las importaciones.
Crecimiento exportador
Los productos que vende Bolivia al mundo crecieron un 4% en volumen en estos primeros ocho meses del año al ubicarse en 10 millones de toneladas, según detalla un informe del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
El sector de hidrocarburos registró un crecimiento del 37% en el valor de sus exportaciones, pero un descenso del 16% en su volumen exportado. Por otra parte, las ventas externas de minerales registraron un 23% de incremento tanto en valor como en volumen, según consigna IBCE.
Las participación de los minerales en los valores exportados fue del 47,4% en estos primeros ocho meses y la de los hidrocarburos, del 22,4%.
Según indicó un artículo de la Agencia Boliviana de Información, el viceministro de Comercio Exterior e Integración, Benjamín Blanco, afirmó que Bolivia pronostica superar los US$13.000 millones en exportaciones este año por los “buenos indicadores que muestra el comercio exterior”.
El país va por buen camino y que este 2022 será “el año de las exportaciones”, sostuvo el funcionario.
Aumento de las importaciones
Tal como se mencionó, los valores importados desde Bolivia tuvieron un incremento interanual de 46% en estos primeros meses del año, acompañados por un aumento de volumen importado del 15%.
Según desagrega IBCE, alrededor del 52% de las compras externas estuvieron representadas por bienes de capital, suministros industriales y equipos de transporte. La categoría de combustibles y lubricantes subió un 166% en valor y un 50% en volumen.
Hasta agosto, las exportaciones bolivianas llegaron a 9.456 millones de dólares en valor y las importaciones alcanzaron 8.354 millones de dólares, informó el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
“Las exportaciones de Bolivia alcanzaron los 9.456 millones de dólares entre enero y agosto de 2022, por la venta de más de 10 millones de toneladas, registrando un crecimiento del 35% en el valor y 4% en volumen”, indica el reporte de IBCE, elaborado con base en datos oficiales.
Datos de esa institución detallan que el sector de los hidrocarburos registró un crecimiento del 37% en el valor de sus exportaciones, al alcanzar 2.120 millones de dólares a agosto de 2022. Además, las ventas externas de minerales registraron un 23% de incremento en valor al llegar a 4.483 millones de dólares.
En cuanto a las exportaciones no tradicionales, que tienen el 30% de participación sobre el total comercializado al mercado externo, se incrementaron en un 58% en valor, es decir que al octavo mes de este año llegaron a 2.851 millones de dólares.
En la lista de productos no tradicionales exportados están: soya y derivados, castaña, girasol y derivados, carne bovina, joyería, madera y manufacturas, azúcar, alcohol etílico, quinua, banana, leche, cueros y manufacturas, frijol, sésamo, confecciones textiles, chía, café y palmitos.
En 2018, el entonces presidente Evo Morales, en articulación con los agroindustriales del complejo productivo de la caña de azúcar, promulgó la Ley de Aditivos de Origen Vegetal y presumió de la irrupción de Bolivia en la era de los combustibles verdes (etanol) con la finalidad de sustituir gradualmente la importación de gasolina y diésel. Pasaron cuatro años y los actores del sector productivo perciben avances, pero a un ritmo lento y sin los resultados deseados.
Fuentes del sector agroindustrial denotan que la tarea pendiente sigue siendo la falta de voluntad del Gobierno para apostar de manera plena por el bioetanol, un aditivo que en la coyuntura actual de volatilidad del precio del petróleo, puede reemplazar el consumo y sustituir las importaciones de gasolina y diésel que, de enero a agosto de este año, con cifras del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), exceden los $us 2.778 millones. En 2021, en igual periodo, superó los $us 1.042 millones.
Argumentaron que en 2018 -cuando se lanzó el proyecto etanol- el precio del barril de petróleo fluctuaba entre $us 45 y 50. Hoy el barril se cotiza en $us 80 y hace un mes alcanzó los $us 100. “Llama la atención que YPFB importa un litro de gasolina, puesto en las principales ciudades del país a más de Bs 10, cuando el etanol vale casi la mitad (Bs 4,80). Se mezcla un 8% de etanol a la gasolina y no en todo el país, solo en el 80% del territorio nacional. La norma vigente obliga a YPFB hacer una mezcla del 12%. Si la proporción de mezcla pasa del 8 al 12%, ese 4%, significa 80 millones de litros al año y, en valor, un ahorro de $us 40 millones en la chequera estatal por sustituir importación de combustibles”, anotaron las fuentes, que pidieron la reserva de su nombre por temor a represalias.
Aclararon que el precio de etanol (Bs 4,80) que YPFB paga al sector agrícola e industrial fue establecido en un decreto firmado en 2018 por el Gobierno de aquel entonces, donde se fijó un precio invariable por cinco años que vence en 2023.
“Nos preocupa que Bolivia gaste $us 40 millones por incumplir la norma vigente, cuando puede comprar un producto nacional, sin considerar el efecto multiplicador que tiene en la economía nacional”, mencionaron, al aludir que la producción nacional de etanol este año ronda los 300 millones de litros, estimando fuera de los 160 millones de litros comprometidos mediante contrato con YPFB, una oferta exportable del 50%. Dudan que la estatal petrolera cumpla con el retiro del producto pactado.
Desde Santa Cruz se envía alcohol anhidro a Europa, Chile, Perú y Colombia. “Venimos exportando al puerto de Róterdam, a 6.000 km de distancia, y no es posible que nuestro etanol no pueda llegar a Cobija y Trinidad”, expresaron, al referir que lo hacen por falta de oportunidad de mercado en Bolivia y por los precios de exportación, donde pagan hasta 0,85 centavos de dólar por litro de etanol. En Bolivia alcanza a 0,70 centavos de dólar (Bs 4,80). Al ser commodity el precio del etanol es variable.
Desde la Confederación Nacional de Cañeros de Bolivia (Concabol), Óscar Alberto Arnez, instó a las autoridades del sector hidrocarburífero a aumentar los porcentajes de mezcla de etanol en la gasolina en el marco de la ley vigente, para sustituir importaciones.
El año que más se compró
En una entrevista a EL DEBER, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, afirmó que este ha sido el año que más han comprado etanol, “pero hay una restricción porque la normativa te dice, que es la que maneja la ANH, hasta cuánto es el porcentaje de mezcla de la gasolina. Y hay mucha mala campaña, porque se dice que arruinará el vehículo y hay que ser claro que el etanol que se vende en las estaciones de servicio, no es un producto que la gente lo consuma. La gente sigue consumiendo la especial, porque hay un mal marketing”expresó.
Insinuó que comercialmente no es rentable. “Te reduce la subvención, pero la gente prefiere gasolina especial. Todo el etanol que podemos lo compramos. Son 160 millones de litros es lo que se tiene comprometido. El objetivo nuestro es usarlo”, anotó Dorgathen.
En YPFB indicaron que desde la promulgación de la Ley 1098 de 17 septiembre de 2018, en aplicación de la ley, realizó la compra de etanol a los ingenios proveedores.
Expresaron que desde el inicio del programa el compromiso fue de adquirir 160 millones de litros al año, siendo el incremento gradual. “El primer año de vigencia se adquirió 45 millones de litros; siendo histórico que este año hemos comprado hasta septiembre más de 100 millones de litros y se tiene proyectado cerrar la gestión con 140 millones”, anotaron.
YPFB especificó que este incremento se da gracias a las políticas implementadas por el Gobierno. Por ejemplo, con la resolución de la ANH N°0593/2022 se incrementó el porcentaje del 8% a 10% de la proporción de mezcla de etanol en la gasolina. “Si bien el programa inició la gestión 2018, a partir del 2021 se incorporaron planes y proyectos de almacenaje, mezcla, sistemas de operación que permitan un incremento en el uso del etanol a escala nacional”, apuntó YPFB.
Hace dos semanas, el ingenio Aguaí reclamó que desde el Gobierno se ignore la oferta de etanol. Sobre ello, el ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, sostuvo que el tema del etanol es importante, pero los precios varían, y no son estáticos por diversos factores. “El problema es que en Bolivia nos acostumbramos a los precios fijos”, exclamó.
Sin embargo, hay un precio vigente en norma hasta 2023.
Para Álvaro Ríos, ex ministro de Hidrocarburos, el tema de fondo es que en una etapa de precios altos, con un barril de petróleo que supera los $us 80, sale ventajoso usar el etanol boliviano, como aditivo, porque compite muy bien con el precio de la gasolina importada.
“No creo en una mala voluntad del Gobierno, veo más un tema de burocracia en YPFB para poder mover la logística y mezclar hasta un 12% de etanol, como está estipulado”, indicó Ríos.
La semana pasada, en La Paz, las universidades Mayor de San Andrés de Bolivia (UMSA) y de San Pablo (Brasil) presentaron un estudio en el que se probó el uso de gasolina con mezclas del 10%, 15%, 20% y 25% de alcohol anhidro. Los ensayos mostraron el incremento en la potencia del motor, mejora del torque, mantenimiento del flujo de combustible y disminución de gases de efecto invernadero.
“El uso de gasolina con un porcentaje de entre 15 y 25% de alcohol le puede generar al Estado un ahorro mayor a los $us 250 millones cada año”, afirmaron los académicos que presentaron la investigación que se inició en 2018, se suspendió por los conflictos sociales de 2019 y la pandemia, y concluyó en los últimos meses de la presente gestión.
Desincentivo y frustración
Desde la sociedad granelera Granosol S.A., que produce bioetanol a partir de sorgo en Pailón -al este de Santa Cruz-, el presidente William de las Muñecas, expresó que se dedica a exportar toda su producción a la Comunidad Económica Europea y países del Bloque Andino porque el Gobierno no ha comprado nunca el biocombustible que se comprometió comprar.
“La matriz energética que hemos construido, producto de la industrialización del cereal, puede aportar cerca de 15 millones de litros de etanol al año, pero nuestra producción se está yendo al exterior”, aseveró.
De las Muñecas insinuó que el productor de sorgo de la zona este de Santa Cruz se encuentra frustrado porque los esfuerzos que hacen para producir sorgo, para aportar a la matriz energética boliviana, han sido en vano. “Eso lo vemos como un desincentivo a la agricultura e industria. La entidad llamada a fijar la resolución determinativa de precio para el alcohol de sorgo nos discrimina”, apuntó.
La cadena productiva de la soya y sus derivados saca ventaja de la volatilidad de los precios altos de los commodities en los mercados mundiales y, hasta agosto de la presente gestión logró superar el valor total exportado en 2021. Con cifras del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), de enero a agosto, el sector concretó operaciones de comercio exterior por valor de $us 1.642 millones, un 20% más que el total exportado en 2021 ($us 1.368 millones). Del sector agroalimentario, el oleaginoso lidera las exportaciones no tradicionales que en los primeros ocho meses de este año subieron un 58% en valor y un 47% en volumen.
A decir de la gerente técnica del IBCE, María Esther Peña, de lejos, el complejo de la soya y sus derivados es el sector más eficaz en comercio exterior, en virtud de que su nivel de exportaciones hasta agosto de este año ya superó el total de las ventas externas realizadas en toda la gestión pasada. “Destacar un crecimiento del 73% en valor y un 52% en volumen, casi $us 700 millones más entre enero y agosto, y poco más de 900.000 toneladas en volumen”, puntualizó.
La ejecutiva describió que las exportaciones bolivianas alcanzaron alrededor de $us 9.456 millones hasta agosto del presente año, por la venta de más de 10 millones de toneladas, registrándose un crecimiento del 35% en valor y un 4% en volumen, con una fuerte incidencia de las altas cotizaciones de los precios de las materias primas, especialmente hidrocarburos que en valor crecieron un 37%, pese a que en volumen cayeron un 16%.
Generación de condiciones
Desde la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), el gerente general de Anapo, Jaime Hernández, insinúa que los factores que han influido en el aumento del valor de las exportaciones ha sido la subida de precios que se ha dado en el mercado internacional para la soya y sus subproductos (grano, harina y aceite) y, por otra parte, un aumento en la producción de grano de soya de al menos 600.000 toneladas que se tuvo en 2021 (verano e invierno), que luego de su proceso de transformación en harina y aceite han sido exportadas en el primer trimestre de 2022, esto debido a la limitación de la navegabilidad en la hidrovía Paraná- Paraguay.
Interponiendo cifras registradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), Hernández afirma que, con seguridad, el sector va a superar los $us 2.000 millones en exportaciones de oleaginosas, lo que sin duda -dijo- muestra el potencial del sector para contribuir a la reactivación productiva y económica del país, con la exportación de los excedentes.
Perspectivas vs incertidumbre
Jorge Amantegui, presidente de la Cámara Nacional de Industrias Oleaginosas de Bolivia (Caniob), expuso que en estos momentos las condiciones del mercado internacional son favorables en cuanto a precio y demanda de subproductos de soya, lo que está repercutiendo en el agronegocio boliviano y aportando a la reactivación económica del país.
No obstante, Amantegui refirió que hay que tomar en consideración que el sector industrial oleaginoso, al igual que el resto de los actores de la economía boliviana, todavía no se ha recuperado de la desaceleración ocasionada por la pandemia del Covid-19 y, ahora, también se ve afectado por la guerra iniciada por Rusia en Ucrania.
Este último evento, dijo que ha producido efectos negativos en los mercados de materias primas, trastornando la logística del comercio y creando incertidumbre en todo el mundo.
Respecto a las exportaciones de subproductos con valor agregado, Amantegui expresó que si se mantienen las condiciones actuales del mercado internacional, de no ocurrir ningún evento que afecte el comercio, especialmente en lo relacionado a la demanda y a la logística, se puede inferir que se mantendrán las escalas de exportación y que cerraremos 2022 con buenos volúmenes y valores exportados, para beneficio de la economía del país y de los bolivianos.
En la lista de productos no tradicionales más exportados, retirando soya y derivados, destacan castaña, girasol y derivados, carne bovina, joyería, madera y manufacturas, azúcar, alcohol etílico, quinua, banana, leche, cueros y manufacturas, frejol, sésamo, confecciones textiles, chía, café y palmitos.
Bolivia sólo exportó 10 millones de dólares el año pasado a tres de los 10 países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Esta cifra apenas representa el 0,1% del total de las ventas que hizo el país al exterior en 2021.
El año pasado, las exportaciones de Bolivia alcanzaron los 11.028 millones de dólares, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, a través del ALBA sólo se vendieron 10 millones de dólares, una cifra que representa el 0,1% del total vendido.
Este acuerdo comercial comenzó a funcionar en 2008 con unas exportaciones que alcanzaron los 264 millones de dólares. Esta cifra fue en aumento hasta alcanzar su pico en 2012, con 533 millones de dólares.
A partir de esa fecha las ventas fueron en descenso de forma gradual hasta llegar a los 10 millones obtenidos en 2021, de acuerdo con los datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
“Las exportaciones se redujeron a menos de una décima parte de lo que se tenía en 2012. En 2021 sólo alcanzaron los 10 millones de dólares y las importaciones a cinco millones de dólares”, informó a este medio la jefa de la Unidad de Gestión Técnica del IBCE, Mónica Solares.
La profesional explicó que los montos fueron en caída desde que Ecuador salió del grupo y se unió a la Comunidad Andina (CAN), de la que Bolivia también forma parte.
“El comercio exterior con este bloque (el ALBA) es marginal. Por ejemplo, entre enero y agosto de este año ya estamos presentando un déficit. Eso quiere decir que importamos más de lo que compramos y prácticamente el comercio exterior se está reduciendo de forma drástica. A Bolivia no le significa un bloque de importancia”, apuntó.
Los principales bloques comerciales de Bolivia son la CAN y el Mercosur. El primero es el mayor y está conformado por Perú, Ecuador y Colombia. “Es el único bloque con el que el país tiene una balanza comercial con superávit. Es decir que Bolivia vende a estos países más de lo que compra”, agregó. A este mercado se exportan artículos no tradicionales como soya, girasol, alcohol, azúcar y otros 218 productos. En 2021 las ventas externas superaron los 1.600 millones de dólares.
El Mercosur está integrado por Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Venezuela, aunque este último está suspendido. A dos países de este grupo Bolivia vende gas y las exportaciones en 2021 alcanzaron los 2.500 millones de dólares de 309 productos. De esa cifra, 2.200 millones corresponden a la exportación de gas natural.
El ALBA fue una alternativa que el gobierno de Evo Morales implementó ante el cierre de las exportaciones a Estados Unidos a través del Atpdea. Al mercado norteamericano se vendían confecciones textiles, madera, muebles y otros. En 2006 Bolivia vendía a ese mercado 360 millones de dólares y en 2008 llegó a exportar casi 500 millones.
El gerente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Marcelo Olguín, informó que el país sólo exporta a Venezuela, Cuba y Nicaragua, tres de los 10 países del bloque y advirtió que las cifras y los volúmenes continúan a la baja.
“Hasta agosto de este año, como país, estamos exportando 9.500 millones de dólares y la participación porcentual (del ALBA) es marginal porque alcanza al 0,02%. Respecto a las importaciones tenemos 2.354 millones de dólares y desde el ALBA se llegó a 4,3 millones y alcanza al 0,5%. Tiene una participación superior (a las ventas) pero de todas formas es marginal”, apuntó el representante de la Caneb.
Bolivia vende al ALBA aceite, frijoles, productos textiles y otros 81 artículos. En cambio, compra desde los mercados de Cuba y Nicaragua, y en una menor proporción de Venezuela, mercancías como el ron y otras bebidas alcohólicas.
“Hay poca integración económica con el resto de los países del ALBA como las islas del Caribe, San Cristobal, Granada y otras. Podría verse con mejor óptica el potencial de comercio a estos países y aprovechar de mejor forma el acuerdo comercial”, apuntó Olguín.
Para el empresario, se debe tomar en cuenta el potencial de otros productos y no sólo la línea de alimentos, agroindustria o minerales.
“Hay que ver las capacidades de relacionamiento entre los empresarios bolivianos y los de estos países para subir las exportaciones a este mercado”, declaró.
Relación comercial
Análisis El país intercambia bienes y servicios con tres de los 10 países del bloque: Cuba, Venezuela y Nicaragua, aunque estos intercambios son reducidos si se los compara con los que realizan con otros socios comerciales. Respecto al resto de los países de la alianza bolivariana: Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía, no se registran intercambios comerciales.
Ventas De acuerdo con datos del Viceministerio de Comercio Exterior, los principales productos exportados a Cuba son hamacas, úrea y madera aserrada. Entre los importados: ron, aguardiente, aparatos médicos y reactivos.
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