La Calificadora de Riesgo Standard & Poors (S&P) advirtió que Bolivia redujo su capacidad exportadora de gas natural y la producción se encuentra estancada.
La entidad ratificó la calificación crediticia de Bolivia en B+ con una perspectiva negativa y advirtió para este año un crecimiento de sólo 3,6%.“Las exportaciones de gas natural representaban alrededor del 30% de las exportaciones totales del país antes de la pandemia. Sin embargo, la capacidad de exportación del sector ha ido disminuyendo gradualmente durante la última década en medio de una producción estancada y una mayor demanda interna de gas”, señala el informe.
Por eso es que Bolivia ha tenido que ajustar los volúmenes mínimos de exportación prometidos en sus contratos con Brasil y Argentina.
El analista financiero Jaime Dunn explicó que S&P en su evaluación no ve que la situación económica del país hubiese mejorado con relación al informe emitido hace un año y proyecta un menor crecimiento. “Observan un presupuesto e inversión pública optimista y alertan que el déficit fiscal se puede deteriorar y ven mucha presión sobre las RIN y mucha inestabilidad política”, apuntó.
Añadió que la calificación crediticia será tomada en cuenta en la oferta de canje y compra de bonos soberanos. El riesgo es que se tenga que pagar mayor interés. “En 2012, 2013 y 2017 Bolivia tenía una mejor calificación y ahora es B+ con perspectiva negativa. El riesgo es que en esta negociación de canje y recompra de bonos se tenga que pagar a una tasa mayor”, dijo.
El último viernes, el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez, saludó que tanto Ecuador, Brasil y Bolivia hayan realizado la apertura de sus fronteras terrestres con el Perú, impulsando de manera importante el turismo y comercio exterior en las regiones limítrofes.
“Esta reapertura promueve de manera trascendental el turismo y el intercambio comercial, genera empleo e impulsa la economía. No olvidemos que el comercio fronterizo es un importante dinamizador de las economías locales. Quisiera destacar las gestiones del Ministerio de Relaciones Exteriores, así como lo gobiernos regionales y todos los involucrados”, manifestó el ministro de Comercio Exterior y Turismo.
Y es que, a raíz del COVID-19 para evitar una propagación del virus, se decidieron cerrar las fronteras, por eso, ante la reapertura, el ministro, en ese sentido, comentó que la población debe continuar cumpliendo con las medidas preventivas ante el coronavirus. Asimismo, recomendó completar su segunda dosis de la vacuna y reforzar la protección con la tercera dosis. De esta manera, se podrá continuar con la reactivación económica y con una oferta de destinos turísticos seguros.
“Hacemos un llamado a la población, a que se sumen a los esfuerzos del gobierno por combatir la pandemia y reactivar la economía, participando activamente en el proceso de vacunación y el uso estricto de protocolos de bioseguridad. Artesanos, guías turísticos, empresarios, apóyennos a incrementar el nivel de vacunación”, enfatizó.
A su vez, el titular del Mincetur, Roberto Sánchez comentó que, una vez abiertas todas las fronteras terrestres, podrían ingresar al Perú 750,000 turistas por los pasos limítrofes. Estos se podrían sumar a otros 750,000 que arribarían por el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, lográndose el ingreso de 1.5 millones de turistas internacionales al país (casi cuatro veces las cifras del 2021),
¿Cuántos turistas recibía el Perú por año antes de la pandemia?
Antes de la pandemia (2019), llegaron de todo el mundo al Perú cuatro millones 371,787 turistas internacionales (vía aérea y terrestre). La llegada de turistas se registró principalmente por el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (60.4%); la Oficina de Control Migratorio del Complejo Fronterizo Santa Rosa – Tacna (21.7%); el Centro Binacional de Atención Fronteriza (CEBAF) – Tumbes (7.5%); el Puesto de Control Fronterizo (PCF) Desaguadero – Puno (3.7%); PCF Kasani – Puno (1.4%); y PCF Iñapari – Madre de Dios (0.5%).
Teniendo en cuenta lo difícil que viene siendo la pandemia del COVID-19, el año pasado únicamente se permitió los ingresos de turistas internacionales al país por el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, con la finalidad de contener la propagación de la pandemia-
Otro factor importante con esta medida es el Comercio Exterior
A continuación, detallaremos que tan beneficioso es para el Perú que se halla reaperturado las fronteras con Brasil, Bolivia y Ecuador respectivamente.
El intercambio comercial con Brasil aumentó en 61.6% en 2021, frente al 2020, alcanzando los 4,242 millones de dólares. Las exportaciones tuvieron un incremento de 41.4%, principalmente por envíos de productos minerales como cobre, zinc, fosfatos y plata. Asimismo, Brasil se destaca como el primer socio comercial del país en América Latina.
En cambio, el comercio con Bolivia tuvo un alza de 52% en el 2021, alcanzando los 1,541 millones de dólares. Además, los envíos a dicho país crecieron en 30.4% gracias a mayores ventas de productos como acero, plásticos, diesel, galletas y abono.
Finalmente, el intercambio comercial con Ecuador alcanzó los 1,607 millones de dólares en el 2021, un incremento de 47.6% frente al 2020. Los envíos peruanos a este mercado sumaron 944 millones de dólares (44%), donde destacan productos como alimento para langostino, galleta, plástico, neumáticos, entre otros.
El gerente ejecutivo de la Administración de Servicios Portuarios – Bolivia (ASP-B), Dante Justiniano, se reunió con el embajador de Argentina en Bolivia, Ariel Basteiro, para tratar la relocalización de la zona franca boliviana en el puerto La Plata. La nueva ubicación se realizará ya sea en el río Paraná, cerca de Zárate, o en la isla de Ibicuy en Entre Ríos, por donde se reactivaría el comercio exterior boliviano, informó El Deber.
“Conversamos con el gerente de la Administración de Servicios Portuarios – Bolivia, Dante Justiniano, sobre las alternativas de relocalizar su zona franca en nuestro país, ya sea sobre el Río Paraná, cerca de Zárate, o en la Isla de Ibicuy, en Entre Ríos, por donde se generarían un flujo de comercio y cientos de puestos trabajos directos e indirectos mediante la importación y exportación de productos argentinos y bolivianos hacia el Océano Atlántico por nuestro territorio”, dijo Basteiro.
En mayo de 2019, en el marco de la Reunión de la Comisión Mixta del Convenio de la Zona Franca de Bolivia (antiguo puerto de Rosario), ambos países acordaron la relocalización de la zona franca boliviana en un nuevo espacio que cumpla con las modernas necesidades del transporte fluvial y que permita el aprovechamiento de las facilidades brindadas por Bolivia para la operatoria portuaria y concretar su plena integración a la Hidrovía Paraguay-Paraná.
Con el objetivo de generar oportunidades comerciales para importadores y exportadores bolivianos, se llevó a cabo un seminario internacional el pasado lunes 14 de febrero, dirigido a empresarios que trabajan o necesitan mayor información para realizar sus operaciones en comercio exterior.
Según un boletín del Banco Unión, se analizaron temas referentes a crisis y oportunidades, utilización de la plataforma global Trade Helpdesk (herramienta para encontrar nuevos proveedores y/o compradores en el marco de cooperación entre Banco Provincia y Banco Unión), financiamiento de pre y post embarque, créditos para la importación de bienes de capital (tasas de interés competitivas y aranceles cero), medios de pago, transferencias internacionales, cartas de crédito y cobranzas convenio ALADI.
El Banco Unión en convenio con el Banco Provincia de Argentina y los bancos de la región, pretenden optimizar bienes y servicios en países vecinos brindando varias alternativas y facilidades.
“Las exportaciones totales a diciembre de 2021 muestran un incremento de 57 por ciento, habiendo alcanzado a 11.030 millones de dólares, cifra mayor en 3.997 millones de dólares a la registrada en el mismo período de 2020. Por su parte, las importaciones a diciembre presentan un incremento de 34 por ciento alcanzando a 9.559 millones de dólares, cifra mayor en 2.444 millones a la registrada en igual período de 2020”, dice mencionado boletín.
El incremento de las importaciones demuestra la recuperación de la economía nacional, por lo que es de suma importancia informar y educar sobre las actividades económicas de comercio exterior en el país.
Este seminario internacional online, denominado “Crisis de Contenedores en el Comercio Exterior y Pandemia”, fue organizado por el Banco Unión y el Banco Provincia de Argentina, en el cual más de 700 inscritos tuvieron la oportunidad de participar y aclarar algunas inquietudes con respecto al tema.
Los flujos de inversión extranjera directa (IED) mejoran y alcanzan un desempeño positivo en Bolivia. El reporte de balanza de pagos y posición de Inversión Internacional de Bolivia del Banco Central de Bolivia (BCB) al tercer trimestre de 2021, publicado el miércoles, refleja que los ingresos de inversión directa bruta alcanzaron los $us 635 millones y se concentraron en los sectores de hidrocarburos, minería e industria manufacturera.
En el primer semestre de 2021, la IED recibida alcanzó a $us 481 millones, mostrando una mejora con relación a los primeros semestres de 2019 y 2020, y que se explica por la mayor reinversión de utilidades producto de la reactivación económica interna, así como por la recuperación de los precios internacionales de commodities. Los sectores que percibieron mayor reinversión de utilidades fueron hidrocarburos ($us 148 millones), minería ($us 114 millones) e industria manufacturera ($us 87 millones).
Por país de origen, los flujos de inversión provinieron principalmente de Suecia ($us 144 millones), seguido por España ($us 136 millones), Países Bajos ($us 60 millones) y Perú ($us 39 millones). Los recursos procedentes de Suecia se concentraron en minería e industria manufacturera; de España, en mayor medida al sector de hidrocarburos; de Países Bajos, fueron percibidos por hidrocarburos e industria manufacturera; y los flujos provenientes de Perú, se destinaron esencialmente al sector de la industria manufacturera.
En noviembre de 2021, en su discurso de primer año de gestión, el presidente Luis Arce resaltó que en el primer semestre de 2021 Bolivia registró una recuperación del 459,4% en IED con relación al mismo periodo de 2020, un logro que, dijo, deja ver que existe “mayor confianza de los inversores del exterior para desarrollar sus proyectos en territorio boliviano”.
El mandatario insinuó que en 2020 la imagen del país estaba deteriorada, producto de la actuación del gobierno de transición de Jeanine Áñez entre noviembre de 2019 y octubre de 2020. En consecuencia, dijo, la IED cayó “al nivel más bajo” de los últimos años y llegó a un monto de $us 162 millones.
Ese mismo mes, el ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, anunció el Plan de Reactivación del Upstream que proyecta una inversión de $us 400 millones para el presente año, que se destinará para ejecutar proyectos de exploración y explotación hidrocarburífera para reponer reservas e incrementar la producción de gas y petróleo.
El ministro afirmó que se trabaja en la adecuación de la norma vigente para acompañar el plan. “La Ley N.° 3058, promulgada en 2004, cumplió su ciclo y se deben hacer ajustes porque el sector de hidrocarburos necesita de fuertes inversiones, pero a la vez requiere una nueva visión debido a cómo se está desarrollando la industria y las perspectivas para los próximos años”, comentó Molina.
En esta coyuntura, para Henry Oporto, director ejecutivo de la Fundación Milenio, urge reorientar la política hidrocarburífera con el propósito primordial de captar una corriente masiva de inversiones, principalmente para la exploración de nuevas reservas de gas natural y petróleo y revertir así la tendencia menguante de la producción y las exportaciones.
Para alcanzar dichos objetivos, cree que el primer paso es la aprobación de una nueva ley de hidrocarburos, que establezca un sistema tributario para las etapas de exploración y explotación, flexible y progresivo en función de los niveles de producción, restitución de reservas y precio final de venta.
A juicio de Oporto, esta es una condición necesaria a fin de incentivar el interés de las compañías petroleras de invertir capital de riesgo, con un horizonte de largo plazo. “Es imperioso un sistema de licitación de áreas, claro y transparente, que brinde seguridad y confianza a las empresas”, expresó.
Voluntad política
A decir del presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Luis Barbery, la evidencia muestra que en los últimos años la IED ha caído a niveles mínimos e incluso fue negativa en 2019 y 2020, y la poca que se ha recuperado en 2021se dirige a las industrias extractivas o se trata de inversiones planificadas.
El problema tiene que ver, a juicio de Barbery, con la debilidad de la institucionalidad, la legislación desfasada y la informalidad. “Tenemos graves problemas en el empleo, la presión sobre las empresas formales y el crecimiento sostenido y uniforme. Si no sumamos la inversión pública, la privada y la extranjera, esos problemas se van a acrecentar hasta volverse críticos”, anotó el líder de la CEPB.
Hizo notar que Bolivia dependerá por muchos años más de sus recursos naturales no renovables como los hidrocarburos y la minería, especialmente el gas y los minerales estratégicos de alta demanda. Empero, insinúa que se debe hacer un gran esfuerzo para mejorar las condiciones que generen el interés de los capitales extranjeros en esos sectores.
Barbery juzga que se debe promover inversiones en energías alternativas que tienen gran potencial pero que precisan recursos económicos, tecnología y mercados para desarrollarse adecuadamente.
Pero, además, insinúa que hay sectores de gran crecimiento e importancia como los alimentos, estos es agricultura y ganadería, que deben ser fortalecidos no solo para el mercado interno, sino para la exportación y no únicamente en los productos que ahora son exitosos como la soya y la caña de azúcar, sino los llamados superalimentos -quinua, amaranto, almendra, entre otros-.
“Si logramos impulsar la mitad de estas propuestas, con participación del sector público, el empresariado nacional y la inversión extranjera, podremos dotar de empleo decente a millones de bolivianos que hoy viven en la informalidad, seremos un país altamente competitivo y con acceso a tecnología”, insinuó Barbery.
Para su par de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz (Fepsc), Jean Pierre Antelo, cuando las normas se modifican constantemente es imposible generar un clima de inversiones. “La seguridad jurídica es fundamental para incentivar la IED”, insinuó.
Expresó que muchos países vecinos después de la pandemia han apostado por atraer inversiones del exterior con el propósito de reactivar la economía, generar fuentes de empleos formales y crear una sólida industria de exportación. Cree que la demanda urgente de recursos que tiene el país está en el sector energético, agroindustrial y productos no tradicionales como la carne, la quinua y el litio.
A juzgar por Antelo, los factores que ahuyentan las inversiones extranjeras son la ausencia de diálogo entre el sector público y privado, las excesivas regularizaciones y altas tasas impositivas y una política laboral que no incentiva la productividad y formación continua. “Sin olvidarnos de los altos índices de contrabando que destruyen las pocas inversiones extranjeras en el país en el sector industrial”, puntualizó.
Adecuar la Ley de Inversiones
En criterio del presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Ibo Blazicevic, la IED es fundamental para el sector manufacturero puesto que permite incrementar la productividad y la competitividad de las empresas, y, a su vez, contribuir al crecimiento y desarrollo del país en el actual contexto económico que requiere crecimiento a dos motores: inversión pública e inversión privada.
Dejó entrever que para incrementar la inversión extranjera en Bolivia en el sector industrial es fundamental actualizar y modernizar el sistema laboral, contar con un sistema tributario más competitivo y adecuar la Ley de Inversiones que actualmente permite participación privada sólo hasta el 49% en la propiedad en las asociaciones público-privadas y no existe posibilidad de administración de la empresa por el sector privado. Juzga que se debe promover las alianzas público-privadas.
Recursos frescos o genuinos
Desde el Centro Boliviano de Estudios Económicos (Cebec), dependiente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), expresan que en una situación como la actual en la que se requieren fondos frescos o genuinos, la inversión extranjera es una alternativa para el financiamiento al crecimiento de la actividad y del empleo.
Describen que en Bolivia los flujos de Inversión Directa (ID) en 2019 y 2020 fueron negativos $us 265 y $us1.018 millones, respectivamente. “La ID se fue del país en términos netos”.
Creen que se debe promover aquellos sectores con menos flujos de ID como el turismo, el comercio y la construcción, que son intensivos en empleo.
Al respecto, cifras oficiales dan cuenta que, al tercer trimestre de 2021, la ID bruta en hotelería y restaurantes fue nula; en comercio llegó a $us 46,2 millones, por debajo de los registros de similares periodos de 2020 ($us 56,7 millones), 2019 ($us 63 millones); y, por su parte la construcción solamente recibió $us 4,2 millones.
Otro sector, según el Cebec, que en su momento promovió la llegada de importantes influjos fue el sector oleaginoso, con efectos positivos en la producción y exportación nacional. Asimismo, destacan la industria sucroalcoholera de Santa Cruz.
Asimismo, el Cebec piensa que se debe fortalecer el capital primario del sistema financiero con flujos de ID para mejorar la solvencia del sistema y dinamizaría la canalización de fondos prestables.
Llevaremos la carrera de Comercio Internacional al más alto nivel